
El martes 12 de agosto de 2025 marcó un antes y un después en la forma en que se mide la audiencia televisiva en Chile. Kantar Ibope Media presentó un nuevo sistema que incorpora dispositivos como el People Meter 7 y el Focal Meter, capaces de registrar el consumo en múltiples plataformas y pantallas inteligentes. Esta innovación no solo amplía el universo de medición a 16,6 millones de personas, sino que también transforma la metodología, pasando de porcentajes a cifras absolutas, lo que permite conocer con mayor precisión cuántos espectadores realmente están frente a la pantalla.
Este cambio responde a una realidad ineludible: la digitalización ha modificado radicalmente la manera en que los chilenos consumen contenido audiovisual. Ignacio Mirchak, Country Leader de Kantar Ibope Chile, señala que "la forma en que consumimos contenido cambió radicalmente con la digitalización y la medición de audiencia también debía evolucionar". Esta actualización promete optimizar la inversión publicitaria y mejorar la toma de decisiones estratégicas para canales y anunciantes.
Desde una perspectiva política y económica, la nueva medición pone en jaque a los tradicionales canales de televisión abierta —Chilevisión, Mega, Canal 13 y TVN— que ahora enfrentan la competencia no sólo entre ellos, sino también con plataformas digitales como YouTube, que por primera vez supera en consumo a celulares y computadores en televisores. Este fenómeno evidencia una fragmentación de la audiencia y un cambio en la hegemonía mediática.
Para los ejecutivos de los canales, esta transformación representa un desafío y una oportunidad. Mientras algunos ven en la digitalización un camino para reconectar con audiencias jóvenes y diversificadas, otros alertan sobre la incertidumbre que implica competir en un mercado donde el control de las métricas es más complejo y menos centralizado.
Desde la mirada social, usuarios y expertos en medios valoran que esta medición más precisa pueda reflejar mejor los gustos y preferencias reales, pero advierten que la fragmentación puede profundizar las brechas de acceso y representación, especialmente en regiones menos conectadas o en sectores socioeconómicos más vulnerables.
El nuevo sistema también abre interrogantes sobre la privacidad y el uso de datos personales, tema que ha generado debate en círculos académicos y regulatorios. La transparencia en la recopilación y el manejo de información será clave para mantener la confianza del público.
En síntesis, la actualización del rating televisivo en Chile no es sólo una cuestión técnica, sino un reflejo de las tensiones y transformaciones que vive la industria audiovisual en la era digital. Los hechos muestran que la televisión abierta ya no domina el escenario mediático de manera exclusiva, y que la convergencia tecnológica obliga a repensar estrategias, audiencias y modelos de negocio.
Este cambio plantea verdades ineludibles: la audiencia es hoy más diversa y fragmentada; la medición debe ser más sofisticada y multidimensional; y el futuro del contenido audiovisual dependerá de la capacidad de adaptarse a estos nuevos paradigmas, sin perder de vista las desigualdades y desafíos sociales que se esconden tras las cifras.