La redefinición de la campaña de Jeannette Jara: un giro hacia las regiones que desafía el mapa político tradicional

La redefinición de la campaña de Jeannette Jara: un giro hacia las regiones que desafía el mapa político tradicional
Actualidad
Política
2025-11-19
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cambio21.cl www.elinformadorchile.cl cambio21.cl www.latercera.com elpais.com www.latercera.com cambio21.cl cambio21.cl cambio21.cl www.latercera.com www.elinformadorchile.cl www.latercera.com cambio21.cl elpais.com

- Cambio estratégico: Jara abandona los foros tradicionales para enfocarse en territorios olvidados.

- Desafío al statu quo: cuestiona la centralidad de los gremios y la política convencional.

- Polarización creciente: tensiones entre enfoques de diálogo y gobernanza autoritaria.

En un escenario electoral marcado por la volatilidad y la fragmentación, Jeannette Jara, candidata presidencial del Partido Comunista (PC), anunció en agosto de 2025 un cambio radical en la estrategia de su campaña. Lejos de la habitual participación en foros y debates nacionales, Jara decidió restringir su asistencia a estos espacios para concentrarse en un recorrido territorial por regiones, buscando conectar directamente con sectores de la población que, según sus palabras, "no tienen la posibilidad de estar agrupados en gremios".

Este giro, que se manifestó públicamente en su intervención en el XXI Seminario de Moneda Patria Investments, no solo implica un cambio logístico, sino también simbólico. "Llegó la hora que me reúna con los chilenos en regiones, que no tienen la posibilidad de estar agrupados en gremios y voy a empezar a hacer eso de ahora en adelante", afirmó Jara, anticipando una campaña que privilegia el contacto directo por sobre la exposición mediática tradicional.

Esta decisión ha generado un debate intenso en el espectro político y social chileno. Desde la izquierda oficialista, se valora la apuesta por recuperar la voz de territorios históricamente marginados de la política centralizada, reconociendo que gran parte de la población no se siente representada por los grandes gremios empresariales o sindicales. Para sectores más críticos, sin embargo, la estrategia puede interpretarse como una forma de evitar confrontaciones públicas y debates con adversarios, lo que podría limitar la transparencia y el contraste de ideas.

En contraste, actores de la derecha y centro-derecha han señalado que esta ruta podría profundizar la polarización política y debilitar el diálogo institucional. El expresidente José Antonio Kast, por ejemplo, ha enfatizado en la necesidad de un gobierno con capacidad para legislar con rapidez, lo que Jara ha criticado como un intento de "gobernar por decreto, de forma autoritaria".

En el plano regional, esta estrategia ha sido recibida con expectativas encontradas. En zonas rurales y periféricas, donde la presencia estatal y la representación política suelen ser limitadas, la llegada de Jara ha sido vista como una oportunidad para visibilizar demandas históricas. Sin embargo, en centros urbanos y sectores más organizados, algunos cuestionan la eficacia de una campaña que prescinde de los espacios de debate público y las alianzas tradicionales.

La campaña de Jara también refleja una tensión más amplia en la política chilena contemporánea: la disputa entre un modelo de gobernanza basado en la interlocución con grupos organizados y otro que busca un contacto directo con ciudadanos dispersos y no institucionalizados. Esta dicotomía atraviesa no solo la estrategia electoral, sino también las expectativas sobre cómo debe construirse la democracia en Chile.

A menos de un mes de la elección presidencial del 16 de noviembre de 2025, la apuesta de Jara por una "ruta distinta" ha puesto en evidencia que el mapa político chileno está lejos de estabilizarse. La candidata misma reconoce que, pese a las encuestas y especulaciones, el resultado final será definido por la voluntad popular en las urnas.

En conclusión, la redefinición de la campaña de Jeannette Jara no solo es un cambio táctico, sino un síntoma de las transformaciones y desafíos que enfrenta la política chilena: la tensión entre centralismo y regionalismo, entre diálogo institucional y contacto directo, y entre la representación tradicional y la búsqueda de nuevas formas de participación ciudadana. Este episodio nos invita a reflexionar sobre las formas de hacer política en un país que sigue buscando su rumbo en medio de la complejidad social y cultural que lo caracteriza.