Apple enfrenta una encrucijada entre su ambición climática y la carrera por la inteligencia artificial: ¿Es posible conciliar ambas?

Apple enfrenta una encrucijada entre su ambición climática y la carrera por la inteligencia artificial: ¿Es posible conciliar ambas?
Economía
Empresas y Negocios
2025-11-19
Fuentes
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- Conflicto entre objetivos climáticos y desarrollo de IA

- Fuga masiva de talento y retrasos en proyectos clave

- Desafíos en la cadena de suministro y energías renovables en Asia y India

Apple se encuentra en un punto crítico donde sus compromisos climáticos para 2030 chocan frontalmente con la acelerada carrera por la inteligencia artificial (IA), una tensión que se ha ido profundizando durante el último año y que ahora muestra consecuencias palpables en su estructura interna, cadena de suministro y estrategia tecnológica.

Desde 2020, Apple se comprometió a alcanzar la neutralidad de carbono para 2030, logrando inicialmente avances significativos en reducción de emisiones y uso de materiales reciclados en sus dispositivos. Sin embargo, los avances se han ralentizado y estancado desde 2023, especialmente tras la integración de tecnologías de IA que demandan mayor consumo energético y recursos para fabricación de chips avanzados.

La cadena de suministro, clave para cumplir las metas ambientales, enfrenta serias dificultades. Proveedores estratégicos como Foxconn y Pegatron no cumplen con los compromisos de energía renovable al ritmo esperado —Foxconn no alcanzará el 100% hasta 2040 y Pegatron ni siquiera ha reportado avances en India—, mientras que la expansión a nuevos centros de ensamblaje en India y Vietnam introduce incertidumbre sobre el impacto ambiental, debido a la limitada infraestructura renovable en esos países.

Lena Chang, directora del programa de clima y energía de Greenpeace Asia Oriental, señala que "la brecha entre los compromisos de Apple y sus proveedores es la principal barrera para cumplir sus objetivos climáticos. Necesitamos que Apple ejerza mayor presión y seguimiento para que sus socios adopten energías limpias con urgencia".

A la par, Apple enfrenta una crisis interna de talento en IA. Desde comienzos de 2025, cerca de una docena de investigadores y desarrolladores clave han dejado la empresa para sumarse a rivales como Meta, OpenAI y startups emergentes, debilitando su capacidad para innovar y acelerar proyectos como la renovación de Siri y el desarrollo de su propio chatbot basado en IA, conocido internamente como proyecto AKI.

Este éxodo ocurre en un contexto donde Apple intenta cerrar la brecha tecnológica con competidores que dominan la IA generativa y la computación en la nube, sectores que demandan enormes cantidades de energía y recursos. La infraestructura de centros de datos de Apple, aunque se esfuerza por operar con energía 100% renovable, es pequeña en comparación con gigantes como Microsoft, Amazon o Google, y la fabricación de chips en Taiwán y Corea del Sur sigue dependiendo mayoritariamente de fuentes no renovables.

Ben Lee, profesor en la Universidad de Pensilvania y experto en sostenibilidad tecnológica, advierte que "la fabricación de chips para IA es intensiva en energía y agua, y los países donde se producen no cuentan con suficiente despliegue de energías limpias. Esto pone en jaque la promesa de Apple de neutralidad de carbono".

Además, la vida útil promedio de los iPhones, que ronda los dos años y medio, añade presión a la huella ambiental, al incentivar ciclos rápidos de renovación que multiplican el consumo de recursos y emisiones indirectas.

Frente a esta realidad, Apple ha aumentado su inversión en IA y ha abierto la puerta a adquisiciones y alianzas estratégicas para fortalecer su posición, pero el desafío de equilibrar innovación tecnológica con responsabilidad ambiental se vuelve cada vez más complejo.

En palabras de Lisa Jackson, vicepresidenta de Medio Ambiente de Apple, "el trabajo se hace más duro a medida que nos acercamos a 2030, pero lo enfrentamos con innovación, colaboración y urgencia".

Diferentes voces, un escenario complejo

- Desde el sector ambiental, organizaciones como Greenpeace insisten en la necesidad de mayor transparencia y control sobre los proveedores y la apuesta por energías renovables en todos los eslabones de la cadena.

- Expertos en tecnología y sostenibilidad reconocen la dificultad de mantener la competitividad en IA sin sacrificar las metas climáticas, señalando que la integración de IA en dispositivos y servicios es un "círculo vicioso" que exige soluciones innovadoras.

- En la industria, algunos analistas advierten que la lentitud de Apple en IA podría afectar su liderazgo en el mercado, mientras que otros valoran su enfoque en privacidad y eficiencia energética como un diferencial.

Conclusiones y consecuencias visibles

El estancamiento en la reducción de emisiones y la fuga de talento en IA indican que Apple está enfrentando una encrucijada estratégica. La tensión entre la sostenibilidad ambiental y la urgencia de innovar en inteligencia artificial no es exclusiva de Apple, pero su escala global y liderazgo tecnológico la convierten en un caso emblemático.

La capacidad de Apple para reconciliar estas prioridades será determinante no solo para su futuro comercial, sino también para su impacto real en la lucha contra el cambio climático. La presión de la sociedad civil, reguladores y mercados apunta a que el camino hacia 2030 requerirá no solo compromisos formales, sino transformaciones profundas en su cadena de valor, inversión en energías limpias, y una gestión estratégica del talento que garantice innovación responsable.

Mientras tanto, el público y los inversores observan atentos, conscientes de que el equilibrio entre progreso tecnológico y sostenibilidad ambiental es uno de los desafíos más complejos y urgentes de nuestra era.