
Wall Street sufrió una caída del 2% el pasado jueves 13 de noviembre, arrastrada principalmente por las acciones tecnológicas, poniendo fin a un ciclo de máximos históricos que había marcado el Ibex 35 en España. El índice Nasdaq, dominado por gigantes como Nvidia, Apple y Microsoft, cayó un 2%, con Nvidia perdiendo más de un 4% en la sesión. Esta brusca corrección ha encendido las alarmas entre inversores y analistas, que debaten si se trata de un ajuste saludable o el inicio de un periodo más turbulento para las valoraciones tecnológicas.
El origen de esta caída se encuentra en un cambio de ánimo entre los inversores, quienes optaron por reducir riesgos ante la expectativa de una avalancha de datos macroeconómicos que la Administración estadounidense comenzaría a publicar tras su reapertura. David Kruk, jefe de operaciones de La Financière de l’Échiquier, señaló que esta rotación hacia activos más defensivos es "saludable para el mercado y no tiene nada de negativo en cuanto a la dirección que está tomando".
Sin embargo, esta visión optimista no es unánime. Desde sectores más conservadores, se advierte que las valoraciones de los llamados “siete magníficos” —Apple, Microsoft, Alphabet, Amazon, Meta, Tesla y Nvidia— han alcanzado niveles que podrían no sostenerse frente a un escenario de alzas en tasas o desaceleración económica. Un analista de mercado europeo señaló a Cinco Días que "el mercado ha estado inflado por expectativas demasiado optimistas, y la corrección actual es un ajuste necesario para evitar una burbuja más profunda".
En Europa, el Ibex 35 cerró con una caída leve del 0,23% en 16.577,4 puntos, poniendo fin a tres jornadas consecutivas de récords históricos. En España, los efectos se sintieron especialmente en el sector bancario, con Banco Sabadell cayendo un 5,22% pese a reportar un récord de beneficios en los primeros nueve meses del año. Otras empresas como Solaria, Fluidra, Inditex y Bankinter también registraron descensos, mientras Indra, Mapfre y Telefónica marcaron leves avances.
Los movimientos en los mercados de divisas y materias primas reflejan la cautela generalizada. El euro se fortaleció ligeramente frente al dólar, mientras el petróleo Brent se mantuvo en niveles bajos, afectados por la expectativa de un excedente de oferta y las sanciones estadounidenses a ciertos suministros.
Desde una perspectiva regional chilena, aunque el impacto directo en el mercado local ha sido moderado, la volatilidad internacional genera incertidumbre para los inversionistas y empresas exportadoras, en especial en sectores vinculados a la tecnología y commodities. El economista chileno Rodrigo Valenzuela advierte que "esta corrección global obliga a los agentes locales a revisar sus estrategias de riesgo, especialmente en un contexto donde la economía doméstica aún muestra señales mixtas".
¿Qué se puede concluir tras esta sacudida?
Primero, la caída evidencia que los mercados, especialmente el tecnológico, están en un punto de inflexión tras meses de fuertes alzas. La corrección no es solo un fenómeno aislado, sino el reflejo de una reevaluación colectiva sobre el valor real de las empresas y las expectativas económicas.
Segundo, la reacción de los inversores ante la reapertura de la Administración estadounidense y la proximidad de nuevos datos macroeconómicos indica que la incertidumbre política y económica sigue siendo un factor clave.
Finalmente, la pluralidad de perspectivas —desde optimistas que ven una rotación saludable hasta críticos que temen una burbuja a punto de estallar— invita a la prudencia y al análisis riguroso, alejándose del ciclo de noticias inmediatas que suelen exacerbar la ansiedad.
En suma, este episodio recuerda que los mercados son arenas de confrontación donde se enfrentan visiones divergentes, y que la paciencia y el contexto son esenciales para entender el verdadero alcance de los movimientos financieros actuales.