
Un escenario de calma tensa ha dominado los mercados cambiarios y financieros en Chile desde mediados de 2025. El dólar abrió con una leve caída el 22 de octubre, en medio de la espera por los datos de inflación en Estados Unidos, que finalmente se publicaron sin sorpresas el 12 de agosto, confirmando un IPC en línea con las expectativas del mercado. Este doble movimiento, a más de un mes de distancia, revela una historia de expectativas, ajustes y debates que aún no terminan.
El 12 de agosto, el dólar cayó a $966,51 en Chile tras la publicación de un IPC estadounidense que mostró un alza de 0,2% mensual, justo lo anticipado. La reacción fue inmediata: operadores celebraron la señal de que la Reserva Federal (Fed) podría iniciar pronto un ciclo de recortes en las tasas de interés, lo que tradicionalmente debilita la divisa estadounidense. 'El mercado descontaba más de un 90% de probabilidad de un recorte en septiembre', explicaba el estratega Benjamín Pescio en Diario Financiero.
Sin embargo, semanas después, el dólar comenzó a mostrar una leve recuperación y oscilaciones que reflejan la complejidad del escenario global. El 22 de octubre, el dólar abrió con una caída modesta, pero el índice dólar global subió 0,2%, mientras el cobre y los bonos del Tesoro mostraban movimientos contradictorios. La incertidumbre sobre la magnitud y el ritmo de los recortes de la Fed, sumada a factores geopolíticos, como las tensiones comerciales entre EEUU y China, alimentan esta volatilidad.
Desde un enfoque político y económico, las interpretaciones divergen. Los sectores que abogan por una política monetaria expansiva celebran las señales de alivio en EEUU como una oportunidad para que Chile pueda beneficiarse de mejores condiciones crediticias y un dólar más débil, que podría moderar la inflación local.
No obstante, algunos expertos advierten que 'la estabilidad del dólar chileno dependerá también de factores internos como la política fiscal y la confianza inversionista', enfatizando que el impacto externo no es el único motor. En regiones mineras, donde el cobre es la principal fuente de ingresos, se observa preocupación ante la volatilidad del precio del metal, que pese a recuperarse ligeramente, sigue lejos de niveles óptimos para sostener inversiones.
Por su parte, sectores sociales y académicos llaman a la prudencia. 'No podemos depender exclusivamente de la política monetaria estadounidense para estabilizar nuestra economía; es necesario un enfoque integral que incluya reformas estructurales y protección social', señala un economista de la Universidad de Chile.
Este episodio confirma que el ciclo informativo inmediato no basta para entender las complejidades de la economía global y sus efectos locales. La evolución del dólar y los mercados financieros tras los datos de inflación en EEUU muestra una danza entre expectativas y realidades, donde cada actor juega su papel con intereses y temores propios.
En Chile, las fluctuaciones del dólar y el cobre han impactado en la planificación empresarial, la inversión pública y la percepción ciudadana sobre la economía. La lección es clara: la interdependencia global exige una mirada crítica, plural y con distancia temporal para evitar interpretaciones simplistas que alimentan la ansiedad y la fragmentación.
Así, mientras el dólar sigue su curso en un escenario de incertidumbre, el desafío para Chile es construir resiliencia y autonomía económica, aprendiendo de las tensiones externas pero sin perder de vista las condiciones internas que también determinan su destino.