La inteligencia artificial en Chile: entre la promesa y la fragmentación de su implementación

La inteligencia artificial en Chile: entre la promesa y la fragmentación de su implementación
Economía
Startup e Innovación
2025-11-19
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- Explosión de proyectos experimentales con IA en sectores clave.

- Brechas digitales y éticas que limitan su escalamiento.

- Debate abierto sobre gobernanza y futuro laboral.

Chile se enfrenta a un escenario donde la inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una promesa lejana para convertirse en un fenómeno palpable, aunque fragmentado y desigual. A agosto de 2025, cerca del 40% de las empresas chilenas incorporan alguna forma de IA, según datos de Deloitte, pero solo un 30% de esos proyectos experimentales logra trascender la etapa piloto y escalar a operaciones regulares.

Un auge con límites visibles

En los últimos meses, la IA ha irrumpido con fuerza en sectores como servicios financieros, salud y educación. En finanzas, la automatización de transferencias, la detección de fraudes y la gestión de cobranzas han acelerado procesos con impacto económico directo. En salud, se han desplegado desde herramientas para diagnóstico hasta asistentes quirúrgicos, aunque con una creciente tensión ética por el manejo de datos sensibles y la responsabilidad en decisiones clínicas. La educación, por su parte, navega entre la amenaza de la automatización laboral y las oportunidades para la formación a distancia y la personalización del aprendizaje.

“La IA generativa puede replicar tareas de graduados universitarios, pero también abre un campo inexplorado para la capacitación y la autoeducación”, comenta un académico de la Universidad de Chile, reflejando la ambivalencia que domina el debate.

Voces enfrentadas y disonancias

Desde el mundo político y empresarial, las posturas divergen con claridad. Algunos sectores ven en la IA una vía para modernizar la economía y aumentar la productividad nacional, mientras otros alertan sobre la precarización del empleo y el riesgo de exclusión digital.

En regiones, la brecha tecnológica se hace sentir con más fuerza. Comunidades rurales y sectores menos conectados enfrentan dificultades para acceder a estas innovaciones, exacerbando desigualdades históricas. Organizaciones sociales y expertos en derechos digitales insisten en que sin políticas públicas inclusivas, la IA podría profundizar la fractura social.

Gobernanza y riesgos éticos

La conversación sobre la regulación y la gobernanza institucional de la IA cobra protagonismo. Expertos recomiendan que las organizaciones realicen diagnósticos internos de capacidades y riesgos, y que definan estrategias que prioricen la eficiencia sin sacrificar la transparencia ni la ética.

“La IA no es solo una herramienta técnica, es un desafío cultural y organizacional”, advierte una consultora en innovación tecnológica.

Constataciones y consecuencias

Tras meses de observación y análisis, queda claro que la inteligencia artificial en Chile no es un fenómeno homogéneo ni lineal. Su adopción está marcada por la coexistencia de avances prometedores con obstáculos estructurales y debates profundos. La realidad muestra una tensión entre la aceleración tecnológica y la necesidad de construir marcos éticos, sociales y educativos que permitan aprovechar sus beneficios sin dejar a nadie atrás.

El desafío para Chile es doble: avanzar en la incorporación de la IA como motor de desarrollo económico, pero también gestionar sus impactos sociales con políticas inclusivas y una gobernanza responsable. Solo así la IA podrá cumplir su promesa y no convertirse en un factor de fragmentación.

Fuentes: Deloitte, Universidad de Chile, expertos en innovación tecnológica, organizaciones sociales de derechos digitales.