Nvidia y el 15% que redefine la guerra tecnológica: ¿control o negocio?

Nvidia y el 15% que redefine la guerra tecnológica: ¿control o negocio?
Economía
Empresas y Negocios
2025-11-19
Fuentes
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- Acuerdo sin precedentes entre Nvidia, AMD y EE.UU. para vender chips en China.

- Impacto geopolítico entre la rivalidad tecnológica y la seguridad nacional.

- Dilemas y tensiones entre innovación, mercado y control estatal.

En un giro inesperado que ha sacudido los cimientos del mercado tecnológico global, Nvidia y AMD aceptaron entregar al gobierno de Estados Unidos el 15% de sus ingresos por ventas de chips de inteligencia artificial (IA) en China. Este acuerdo, concretado tras una reunión entre Jensen Huang, CEO de Nvidia, y Donald Trump, establece un nuevo paradigma en la relación entre Estado y empresas tecnológicas.

El origen y evolución del acuerdo

En abril de 2025, la administración estadounidense prohibió la exportación de chips avanzados a China por motivos de seguridad nacional, afectando duramente a Nvidia, que perdió cerca de US$5.000 millones en ingresos proyectados. La presión del mercado chino, donde la inversión en IA alcanzó cerca de US$100.000 millones ese año, llevó a una flexibilización parcial. Nvidia desarrolló el chip H20, menos potente y adaptado para cumplir con las restricciones, y AMD hizo lo propio con el MI308.

En agosto, tras negociaciones intensas y la reunión en la Casa Blanca, se acordó que ambas empresas pagarían el 15% de los ingresos generados por estos chips en China al gobierno de EE.UU. a cambio de licencias para exportarlos. Este mecanismo, sin precedentes en la historia del comercio tecnológico, ha sido calificado como "inusual" y "confuso" por expertos.

Perspectivas encontradas: Estado, industria y geopolítica

Desde la óptica estadounidense, el acuerdo representa una forma de mantener cierto control sobre un mercado estratégico y obtener ingresos directos de la actividad comercial con China, que sigue siendo foco de tensiones geopolíticas. "Es un quid pro quo inédito, que refleja la complejidad de la rivalidad tecnológica entre ambas potencias", señala Deborah Elms, experta en comercio internacional.

Sin embargo, para sectores de seguridad nacional, la medida es preocupante. Algunos legisladores y analistas advierten que la venta de chips H20 podría fortalecer capacidades militares chinas, debilitando la supremacía estadounidense en IA. "Beijing debe estar regodeándose al ver que Washington convierte las licencias en fuentes de ingresos", critica Liza Tobin, exasesora del Consejo de Seguridad Nacional.

Las empresas, por su parte, enfrentan un dilema: acceder a un mercado enorme pero con condiciones que impactan sus márgenes y generan incertidumbre sobre la estabilidad regulatoria. Nvidia ha manifestado que sigue "las reglas establecidas por el gobierno estadounidense" y confía en que la tecnología de IA estadounidense seguirá siendo el estándar global.

Impacto regional y global

En Chile y América Latina, donde la adopción de IA comienza a acelerar, este episodio muestra la interdependencia de la innovación tecnológica con las dinámicas geopolíticas globales. La disputa entre EE.UU. y China no solo afecta a los gigantes tecnológicos, sino que también condiciona el acceso a tecnologías clave para sectores productivos, educación y servicios.

Además, el acuerdo marca un precedente para el papel activo que los Estados pueden jugar en la economía digital, más allá de la regulación tradicional, entrando en esquemas de participación directa en ingresos.

Constataciones y consecuencias

- Este pacto entre Nvidia, AMD y el gobierno de EE.UU. es una novedad histórica, que redefine la relación Estado-empresa en un contexto de competencia tecnológica global.

- La medida refleja la tensión entre la necesidad de controlar tecnologías estratégicas y la presión del mercado para mantener flujos comerciales.

- La incertidumbre regulatoria y la intervención estatal directa podrían afectar la confianza de inversionistas y la planificación de la industria tecnológica.

- La disputa tecnológica entre EE.UU. y China tiene efectos concretos en países terceros, como Chile, que dependen de estas tecnologías para su desarrollo económico y social.

Este capítulo de la historia tecnológica global no es solo un acuerdo financiero; es la puesta en escena de un coliseo donde se enfrentan intereses políticos, económicos y estratégicos. Mientras Nvidia y AMD negocian su lugar en el mercado chino bajo nuevas reglas, el mundo observa cómo se reescriben las reglas del juego en la era de la inteligencia artificial.

Fuentes: Financial Times, BBC News Mundo, Diario Financiero, The New York Times, WIRED.