México impulsa la supercomputadora más grande de América Latina: un salto tecnológico que Chile observa con distancia

México impulsa la supercomputadora más grande de América Latina: un salto tecnológico que Chile observa con distancia
Economía
Startup e Innovación
2025-11-19
Fuentes
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- México construye la supercomputadora más potente de América Latina.

- El proyecto apunta a resolver problemas climáticos, fiscales y agrícolas con IA y Big Data.

- Chile, con avances en ciencia y tecnología, sigue sin proyectos comparables en infraestructura de supercómputo.

México ha dado un paso sin precedentes en América Latina al anunciar la construcción de la supercomputadora más grande de la región, un proyecto que promete transformar la capacidad científica, tecnológica y económica del país. El 19 de noviembre de 2025, la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que esta supercomputadora, desarrollada íntegramente en territorio mexicano, comenzará operaciones en enero de 2026.

Este avance no solo representa una hazaña tecnológica, sino que es la materialización de una estrategia nacional, el Plan México, que aspira a posicionar al país entre las diez economías más importantes del mundo para 2030. La supercomputadora tendrá una capacidad estimada de 314 billones de operaciones por segundo, una velocidad que multiplica exponencialmente la potencia de los sistemas convencionales.

El proyecto, desarrollado en alianza con el Centro de Supercómputo de Barcelona (BSC), se orienta a cuatro áreas iniciales: modelación climática para prevención de desastres naturales, análisis aduanero para combatir fraudes fiscales, optimización agrícola mediante imágenes satelitales y desarrollo de modelos de lenguaje natural para sistemas de inteligencia artificial (IA). José Antonio Peña Merino, titular de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT), destacó que la infraestructura permitirá a científicos mexicanos acceder a recursos internacionales sin perder control sobre sus datos.

Desde la perspectiva mexicana, este es un paso histórico que abre nuevas fronteras en investigación y desarrollo, además de fortalecer la competitividad del sector privado y la administración pública.

En contraste, Chile, a pesar de sus reconocidos avances en ciencia, tecnología e innovación, no ha anunciado proyectos de infraestructura de supercómputo de esta envergadura. Aunque el país cuenta con centros de investigación y participa en iniciativas internacionales, la ausencia de una supercomputadora propia de alta capacidad limita su autonomía tecnológica y su potencial para proyectos que requieren procesamiento masivo de datos.

Este contraste ha generado diversas reacciones en la comunidad científica y política chilena. Algunos sectores advierten que la falta de inversión en infraestructura crítica puede relegar al país en la economía del conocimiento, mientras otros plantean que la estrategia chilena se enfoca en fortalecer redes colaborativas y especializarse en áreas concretas antes que en competir en hardware.

La académica y experta en tecnologías digitales, María Fernanda Rojas, señala: "México está apostando por una infraestructura que puede transformar sectores clave, pero Chile debe evaluar si su modelo actual permite aprovechar plenamente las oportunidades que ofrece la inteligencia artificial y el análisis de Big Data, o si es momento de replantear su estrategia".

Por su parte, voces desde el sector privado chileno enfatizan la necesidad de mayor coordinación público-privada para impulsar proyectos similares, mientras que otros advierten sobre los riesgos de la concentración tecnológica y la necesidad de asegurar la soberanía digital.

Este anuncio mexicano también reaviva la discusión regional sobre la brecha tecnológica en América Latina y la urgencia de que los países desarrollen capacidades propias en infraestructura digital avanzada para no depender exclusivamente de recursos externos.

En definitiva, México ha colocado una ficha importante en el tablero tecnológico latinoamericano, mientras Chile observa con una mezcla de admiración y cuestionamientos internos sobre su propio camino hacia la modernización digital.

Este episodio pone en evidencia que, más allá de los discursos, la competencia por el liderazgo en innovación tecnológica se juega en la capacidad de inversión estratégica y en la construcción de infraestructura que permita desarrollar tecnologías disruptivas con impacto social y económico tangible.

Fuentes: WIRED México (2025-11-19), declaraciones oficiales de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti) y Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT).