El Teniente reinicia operaciones tras derrumbe fatal: un regreso marcado por exigencias, tensiones y esperanzas

El Teniente reinicia operaciones tras derrumbe fatal: un regreso marcado por exigencias, tensiones y esperanzas
Actualidad
Conflictos sociales
2025-11-19
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- Reinicio parcial y gradual tras derrumbe que causó seis muertes.

- Exigencias técnicas y de seguridad reforzadas por Sernageomin y la Dirección del Trabajo.

- Tensiones entre sindicatos, empresa y autoridades sobre plazos y condiciones para volver a la faena.

El Teniente, la mayor mina subterránea del mundo y orgullo de la minería estatal chilena, retomó parcialmente sus operaciones en agosto de 2025, luego del trágico derrumbe ocurrido el 31 de julio que cobró la vida de seis trabajadores contratistas. Este retorno, sin embargo, no fue un simple reencendido de maquinarias, sino un proceso complejo atravesado por exigencias técnicas, debates sociales y la inevitable sombra de la tragedia.

Un reinicio bajo lupa: seguridad y control

Tras el accidente, el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) impuso un férreo control para autorizar cualquier reinicio. El 8 de agosto, Sernageomin autorizó el reinicio parcial y progresivo de operaciones solo en sectores no afectados directamente por el derrumbe, tales como Pilar Norte, Panel Esmeralda, Esmeralda, Pacífico Superior, Diablo Regimiento, Panel Reno, Dacita y Reservas Norte. Por el contrario, mantuvo paralizados los sectores Andesita, Andes Norte, Diamante y Recursos Norte, donde se requieren análisis técnicos más rigurosos y medidas correctivas adicionales.

La Dirección del Trabajo, por su parte, dio su visto bueno para el reinicio el 9 de agosto, tras verificar el cumplimiento de las condiciones laborales y de seguridad. Este doble aval técnico fue indispensable para que Codelco iniciara la reapertura gradual.

El plan de reinicio contempló jornadas de reflexión y contención para los trabajadores, comunicación bidireccional, control riguroso de accesos y monitoreo permanente de la sismicidad y condiciones del yacimiento. Así, el 10 de agosto, cerca de 2.480 trabajadores retomaron sus funciones en las áreas habilitadas, con un flujo inicial equivalente al 70% del personal habitual para un fin de semana.

“La seguridad de los trabajadores es prioritaria”, afirmó la ministra de Minería Aurora Williams, quien respaldó la gestión de Codelco y las medidas adoptadas, aunque admitió que las investigaciones sobre las causas del accidente continúan y que la empresa debe cumplir con estrictos estándares para evitar nuevos incidentes.

Voces encontradas: sindicatos, empresa y autoridades

El proceso de reapertura no estuvo exento de tensiones. Mientras algunos sindicatos de contratistas manifestaron preocupación por la duración de la paralización y su impacto económico, otros advirtieron que la seguridad debía primar sobre la urgencia productiva.

Miguel Carreño, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores Contratistas y Sub Contratistas de Chile, pidió una investigación exhaustiva para llegar a la verdad y evitar que tragedias similares se repitan, pero también expresó inquietud por la estabilidad laboral de los trabajadores durante la paralización.

Por su parte, sindicatos como la Confederación Obrera de Chile y la Federación de Trabajadores Contratistas y Afines del Cobre solicitaron un reinicio urgente para evitar el colapso de pequeñas y medianas empresas vinculadas a la minería.

Desde la empresa, Codelco aseguró haber respondido en tiempo y forma a más de 20 requerimientos de distintas autoridades, incluyendo Sernageomin, Fiscalía, Dirección del Trabajo y Cámara de Diputadas y Diputados, y destacó el compromiso con la seguridad y el acompañamiento a las familias de los fallecidos.

Consecuencias visibles y lecciones pendientes

El accidente en El Teniente puso en evidencia las complejidades de operar una mina subterránea de gran escala en un contexto sísmico y de alta exigencia técnica. La paralización y el reinicio parcial afectaron la producción de cobre, con impactos en la estatal y en el mercado, aunque la empresa ha reportado una recuperación gradual.

Además, la tragedia reactivó el debate sobre las condiciones laborales en la minería, la fiscalización estatal y la responsabilidad social empresarial. La exigencia de planes de seguimiento y control adicionales por parte de Sernageomin, así como la obligación de mantener un monitoreo en línea de la sismicidad, reflejan un cambio en la relación entre empresa y reguladores.

Finalmente, el episodio ha dejado una huella profunda en la comunidad minera y en Chile, recordando que detrás de la riqueza del cobre están las vidas y riesgos de miles de trabajadores. La gestión del duelo, la transparencia en las investigaciones y la mejora continua de la seguridad serán claves para evitar que esta tragedia se repita.

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Fuentes: Reuters, Diario Financiero, Cooperativa.cl, La Tercera, BioBioChile, declaraciones oficiales de Sernageomin y Codelco, testimonios sindicales y análisis técnicos publicados entre agosto y septiembre de 2025.