
El 2 de noviembre de 2025, Nexperia anunció la reanudación de los envíos de chips desde China, poniendo fin a un bloqueo que había generado escasez y alarma en fabricantes de automóviles a nivel mundial. Este evento, sin embargo, no es solo un alivio temporal para la cadena de suministro, sino la apertura de un complejo capítulo en la pugna tecnológica entre potencias globales.
La disputa comenzó meses atrás, cuando Estados Unidos endureció sus controles sobre la exportación de chips avanzados, especialmente aquellos usados en inteligencia artificial y automoción, apuntando a frenar el avance tecnológico de China. Estos controles afectaron la producción y distribución de semiconductores básicos por parte de empresas como Nexperia, con sede en Europa pero con operaciones clave en China.
“La lucha por el control de Nexperia ha provocado escasez y preocupación global”, reportó Reuters en noviembre, reflejando la tensión entre los actores involucrados. La presión diplomática y económica llevó a negociaciones multilaterales que finalmente facilitaron la flexibilización parcial de estas restricciones.
Desde la mirada empresarial, la reanudación es bienvenida. Rosario Navarro, presidenta de Sofofa, destacó que esta medida confirma la importancia de la colaboración internacional para la estabilidad del mercado tecnológico. Para fabricantes automotrices, la noticia significa un respiro en medio de una crisis que amenazaba con paralizar líneas de producción.
No obstante, desde el ámbito político y geopolítico, la situación no está resuelta. Estados Unidos mantiene una postura firme en el control de tecnologías estratégicas, argumentando la necesidad de preservar su superioridad tecnológica y seguridad nacional. China, por su parte, ve estas medidas como un intento de frenar su desarrollo y busca vías para independizarse tecnológicamente, como lo sugirió la filial china de Nexperia al acelerar su autonomía.
En Chile, país dependiente de la exportación de cobre y con una incipiente industria tecnológica, el episodio ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de las cadenas globales de valor. Expertos locales advierten que la crisis de chips podría acelerar la diversificación productiva y la inversión en innovación tecnológica nacional.
En el plano global, la reanudación de envíos no garantiza la estabilidad a largo plazo. La guerra comercial y tecnológica entre China y Estados Unidos se ha convertido en un escenario dinámico, con frecuentes tensiones y acuerdos parciales que se suceden.
La reanudación de los envíos de chips desde China representa un alivio inmediato para sectores clave, pero no soluciona las tensiones estructurales entre las grandes potencias. La dependencia tecnológica y la fragmentación de los mercados globales seguirán siendo un desafío para la economía mundial.
Además, esta crisis ha expuesto la necesidad de fortalecer la autonomía tecnológica regional y de repensar las estrategias de integración en cadenas globales, especialmente en países como Chile.
Finalmente, la historia de Nexperia ilustra la complejidad de un mundo donde la tecnología es un campo de batalla geopolítico, y donde las decisiones de gobiernos y empresas impactan de manera directa en la vida cotidiana y en la economía global.
Fuentes: Reuters, Diario Financiero, declaraciones de Sofofa, análisis de expertos en economía y tecnología.
2025-11-11