
Una tragedia anunciada en el corazón de la Patagonia
El 17 de noviembre de 2025, un cambio brusco en las condiciones climáticas en el circuito Macizo Paine del Parque Nacional Torres del Paine desencadenó una cadena fatal de eventos que terminó con la muerte de cinco turistas extranjeros: dos mexicanos, dos alemanes y una británica. La noticia, confirmada por la Corporación Nacional Forestal (CONAF) tras un intenso operativo de búsqueda y rescate, ha abierto un debate profundo sobre la seguridad en uno de los destinos naturales más emblemáticos de Chile.
Las condiciones climáticas extremas —vientos intensos, precipitaciones de nieve y temperaturas bajo cero— sorprendieron a los excursionistas cuando ya estaban en terreno. Este escenario no es inusual en la Patagonia, pero la rapidez y severidad del cambio climático local han aumentado la vulnerabilidad de quienes se aventuran en estos circuitos.
Desde el inicio del operativo, que movilizó a 24 personas entre Carabineros (GOPE y Rescate), Ejército, Socorro Andino y CONAF, se decidió el cierre temporal del circuito Macizo Paine para facilitar las labores de búsqueda y evitar más riesgos.
“Este lamentable suceso nos obliga a revisar y fortalecer los protocolos de seguridad y alerta temprana en parques nacionales”, señaló un representante de CONAF, enfatizando la necesidad de modernizar los sistemas de monitoreo y comunicación.
Por otro lado, operadores turísticos y sectores ligados al turismo de aventura han expresado preocupación por las restricciones, argumentando que “el turismo es vital para la economía regional y debe convivir con la naturaleza, no ser paralizado por ella”. Este contrapunto refleja una tensión histórica entre desarrollo económico y preservación ambiental.
Las comunidades locales, en tanto, han manifestado una mezcla de dolor y resignación, recordando que la Patagonia siempre ha sido un territorio de desafíos naturales, pero que el aumento de visitantes y la imprevisibilidad climática exigen una gestión más integral y participativa.
Este episodio no solo pone en evidencia las dificultades para garantizar la seguridad en entornos naturales extremos, sino que también refleja la urgencia de incorporar el cambio climático como variable central en la planificación turística y de conservación.
La tragedia ha impulsado discusiones en el Consejo Regional de Gestión de Riesgos (COGRID) y en el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (SENAPRED), que evalúan nuevas medidas para anticipar y mitigar riesgos en parques nacionales.
Finalmente, la tragedia en Torres del Paine es un recordatorio crudo de que la naturaleza, en su belleza y poder, no perdona descuidos ni subestimaciones. Las decisiones que se tomen en adelante deberán equilibrar la vocación turística con la seguridad y el respeto al entorno, porque en este coliseo natural, el error puede ser fatal.
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Fuentes: CONAF, SENAPRED, testimonios de operadores turísticos y comunidades locales.