La tregua en Gaza: el realismo político brutal que redefine el conflicto

La tregua en Gaza: el realismo político brutal que redefine el conflicto
Internacional
Medio Oriente
2025-11-20
Fuentes
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- Tregua negociada por potencias externas, no por la ONU

- Ausencia de multilateralismo y debilitamiento diplomático

- Impactos regionales y voces divididas sobre la estrategia de paz

El escenario en Gaza ha cambiado, pero no sin dejar tras de sí una estela de tensiones y cuestionamientos sobre quién realmente maneja las riendas del conflicto. Desde agosto de 2025, una tregua ha sido negociada no por la comunidad internacional en su conjunto ni por la Organización de Naciones Unidas, sino por un grupo selecto de potencias como Estados Unidos, Egipto y Qatar. Esta realidad ha sido descrita por expertos como un ejercicio de "realismo político brutal" que expone la fragilidad del multilateralismo en la región y la ausencia de una estructura diplomática sólida capaz de gestionar el camino hacia la paz.

El académico Jorge Sanz, de la Universidad del Desarrollo, fue claro al señalar que 'la gestión del alto al fuego la están haciendo terceros: Estados Unidos, Egipto y Qatar', mientras que la ONU permanece al margen. Esta dinámica ha generado una paradoja: mientras la comunidad internacional realiza gestos simbólicos, la presión real sobre actores clave, como Israel, es limitada. Alemania, por ejemplo, ha impuesto sanciones y restringido el suministro de armas, pero más allá de eso, el control efectivo recae en actores con intereses estratégicos particulares.

Desde una perspectiva política, este escenario ha generado profundas divisiones. Por un lado, sectores que defienden la pragmática del realismo político argumentan que, en ausencia de un liderazgo multilateral fuerte, es inevitable que el poder y la influencia directa determinen los acuerdos. Por otro, voces críticas advierten que esta estrategia puede perpetuar ciclos de violencia y exclusión, al no considerar las demandas legítimas de la población palestina ni garantizar mecanismos de justicia y derechos humanos.

En la región, la tregua ha significado un alivio temporal para la población civil, pero también un replanteamiento de las alianzas y rivalidades. Países vecinos observan con cautela cómo la negociación directa entre potencias puede alterar los equilibrios tradicionales y dejar a actores locales en una posición marginal.

Desde la sociedad civil, diversas organizaciones y activistas han expresado escepticismo frente a la tregua. 'La ausencia de un proceso inclusivo y legítimo puede traducirse en una paz frágil, que ignora las raíces del conflicto', advierten.

En definitiva, la tregua en Gaza es un reflejo de un mundo donde el poder prevalece sobre los procesos diplomáticos multilaterales. Esta situación plantea preguntas difíciles sobre el futuro de la paz en Medio Oriente y la capacidad de la comunidad internacional para actuar con coherencia y justicia. Las consecuencias, ya visibles, nos recuerdan que la ausencia de estructuras diplomáticas fuertes puede dejar a las poblaciones atrapadas en un ciclo de incertidumbre y sufrimiento prolongado.