Cambios en el rating televisivo chileno: cómo la medición redefine el consumo y la industria

Cambios en el rating televisivo chileno: cómo la medición redefine el consumo y la industria
Economía
Empresas y Negocios
2025-11-20
Fuentes
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Nueva metodología, valor absoluto de audiencias, impacto en inversión publicitaria: el pulso real de la televisión chilena tras la transformación del rating.

En un giro que ha sacudido las bases del mercado televisivo chileno, la implementación de una nueva metodología para medir el rating ha comenzado a mostrar su impacto palpable en la industria y en el comportamiento de las audiencias.El 7 de agosto de 2025, Kantar Ibope Media dio a conocer un sistema que, por primera vez, suma el consumo en televisión abierta, cable, plataformas digitales y dispositivos móviles, abarcando un universo de 16,6 millones de personas. Este cambio no solo amplía la mirada tradicional, sino que reemplaza las métricas en porcentajes por valores absolutos, permitiendo conocer el número exacto de televidentes y usuarios en tiempo real.

El nuevo People Meter 7 y el Focal Meter, dispositivos que optimizan la recopilación de datos en hogares y pantallas inteligentes, respectivamente, han sido el motor técnico detrás de esta revolución. Ignacio Mirchak, Country Leader de Kantar Ibope Media Chile, destacó que "la forma en que consumimos contenido cambió radicalmente con la digitalización y la medición de audiencia también debía evolucionar". Este avance promete optimizar la inversión publicitaria y mejorar la toma de decisiones estratégicas en los canales.

Desde la perspectiva de los canales tradicionales —Chilevisión, Mega, Canal 13 y TVN—, el cambio implica un desafío doble: adaptarse a un público fragmentado y a la vez demostrar su relevancia en un ecosistema donde la competencia ya no es solo entre señales lineales, sino también contra plataformas digitales y contenido on demand.El 31 de agosto de 2025, la medición reflejó un escenario donde YouTube y otros servicios digitales en televisores inteligentes superaron en consumo a celulares y computadores.

Este fenómeno ha generado debates entre expertos y actores del sector. Por un lado, analistas económicos ven en la nueva medición una herramienta clave para transparentar el mercado y atraer inversiones más eficientes. Por otro, voces críticas advierten que la fragmentación del consumo puede profundizar la polarización de audiencias y complicar la producción de contenidos con alcance masivo.

En regiones, la ampliación del universo medido ha permitido identificar patrones de consumo antes invisibilizados, lo que abre la puerta a estrategias más localizadas y pertinentes. Sin embargo, la brecha digital persiste, y no todos los territorios cuentan con igual acceso a tecnologías que permitan reflejar su consumo en estas nuevas métricas.

Ciudadanos y académicos, por su parte, observan con interés cómo esta transformación puede influir en la diversidad cultural y la representación mediática. La presión por alcanzar altos ratings absolutos podría incentivar contenidos más comerciales y menos arriesgados, poniendo en tensión la calidad y pluralidad del discurso público.

Con todo, la evidencia acumulada tras cuatro meses de implementación confirma que la medición del rating en Chile ha entrado en una nueva era, donde la precisión y la integración de plataformas redefinen las reglas del juego. La industria debe ahora navegar entre la oportunidad de un mercado más transparente y la complejidad de un público más disperso y exigente.

En definitiva, el cambio no es solo técnico, sino cultural y estratégico: la televisión chilena enfrenta el desafío de reinventarse para no quedar atrapada en la nostalgia de un pasado lineal, mientras el espectador se convierte en un actor multifacético, dueño de su consumo y de sus expectativas.