
Un error reconocido y un programa en disputa
El 7 de agosto de 2025, Jeannette Jara, candidata presidencial del oficialismo, asumió públicamente un error en su programa de gobierno al desmentir inicialmente la propuesta de nacionalizar el cobre, que sí figuraba en el documento presentado en la primaria. Esta admisión no solo generó revuelo en redes sociales, con acusaciones de deshonestidad por parte de sus rivales, sino que también encendió alarmas dentro de su propio partido, el Partido Comunista (PC), que impulsó su candidatura desde sus inicios.
"Tengo la hidalguía de reconocer que en el programa hubo un error y se va a corregir", declaró Jara, intentando poner paños fríos a la controversia. Sin embargo, el daño ya estaba hecho: la credibilidad de la abanderada quedó en entredicho, y el episodio evidenció una falta de cohesión en la elaboración y comunicación de su propuesta programática.
El protagonismo incómodo de Luis Eduardo Escobar
El economista Luis Eduardo Escobar, incorporado recientemente al equipo de campaña, ha emergido como una figura central y polémica. Escobar ha cuestionado abiertamente varias propuestas emblemáticas del programa original, incluyendo el salario vital de $750 mil, la eliminación de las AFP y la estrategia de crecimiento basada en la demanda interna.
Este viraje ha generado inquietud en el PC, donde se interpreta como un distanciamiento de las bases ideológicas que sostienen la candidatura de Jara. Eric Campos, secretario general de la CUT y miembro del comité central del PC, manifestó su incredulidad ante la baja en las aspiraciones salariales inicialmente planteadas.
Desde el comando, se sostiene que Escobar aporta a un equipo diverso y que las diferencias son parte del proceso de construcción de un programa más amplio, aunque reconocen que el economista ha actuado con "colores propios" en ciertos temas, sin plena coordinación con la candidata.
El retiro estratégico de debates y la apuesta territorial
En medio de estas tensiones, Jara ha optado por reducir su participación en debates presidenciales. La candidata decidió priorizar el despliegue territorial en regiones, como en Valparaíso, sobre la exposición en foros públicos donde suele enfrentarse a múltiples adversarios de derecha.
Esta decisión fue criticada por sus contrincantes y organizadores, quienes lamentaron su ausencia en eventos clave, pero desde el comando se defendió que la baja fue comunicada con anticipación y responde a una estrategia para evitar desgaste excesivo.
Multiplicidad de voces y fracturas visibles
Este episodio pone en evidencia la coexistencia de múltiples sensibilidades dentro de la coalición oficialista que respalda a Jara. Por un lado, la militancia comunista reclama una línea programática más firme y coherente con sus principios; por otro, el equipo económico busca ajustes para ampliar el espectro electoral y moderar propuestas.
Nicole Cardoch, coordinadora territorial, afirmó que "lo que tenemos acá es una candidatura que está agrupando a diversas sensibilidades", reflejando la complejidad de un proyecto político en construcción.
Verdades y consecuencias
Lo ocurrido con Jara no es solo un tropiezo comunicacional, sino un síntoma de las dificultades que enfrentan las candidaturas que intentan amalgamar fuerzas políticas heterogéneas en un escenario polarizado.
La admisión del error y las tensiones internas evidencian que el programa de gobierno está lejos de estar cerrado, y que las negociaciones entre las distintas corrientes seguirán marcando la agenda.
Por otro lado, la reducción de la exposición en debates puede interpretarse como una estrategia para preservar la imagen de la candidata, pero también puede limitar su capacidad para confrontar ideas y consolidar apoyos en un electorado que demanda claridad.
Finalmente, este episodio invita a reflexionar sobre los desafíos de la comunicación política en tiempos de alta fragmentación y sobre la necesidad de equilibrar la coherencia ideológica con la pragmática construcción de mayorías.
En definitiva, la campaña de Jeannette Jara se encuentra en una encrucijada donde la gestión de errores, la cohesión interna y la estrategia pública serán decisivas para su futuro electoral.