
Un regreso con cautela y controversia
El 6 de agosto de 2025, Codelco solicitó formalmente a Sernageomin la autorización para reabrir parcialmente la mina El Teniente, luego del accidente que cobró la vida de seis trabajadores. Este hecho, que conmocionó no solo a la región de O'Higgins sino a todo el país, dejó en evidencia las grietas profundas en la gestión de la seguridad minera y la presión por mantener la producción en una de las faenas más emblemáticas del cobre chileno.
Desde entonces, la historia ha avanzado con lentitud, pero con episodios que revelan un choque de fuerzas entre la urgencia económica y las exigencias regulatorias y sociales.
---
"No podemos sacrificar la seguridad por la prisa de volver a producir", enfatizó un representante sindical de El Teniente, reflejando el temor y la desconfianza que persisten entre los trabajadores. La tragedia dejó una marca imborrable y un llamado a no repetir errores.
Por otro lado, desde la administración de Codelco, la reapertura parcial se presenta como un paso necesario para mitigar los impactos económicos: "La minería es el motor de nuestra economía y El Teniente es clave para ello. Hemos cumplido con entregar los informes solicitados y reforzado los protocolos de seguridad", señalaron fuentes internas.
Sernageomin, por su parte, ha mantenido una posición firme, exigiendo rigurosos estudios y revisiones antes de permitir cualquier operación subterránea, evidenciando una postura regulatoria que busca evitar incidentes futuros.
---
La región de O'Higgins, donde se emplaza El Teniente, ha sido históricamente dependiente de la minería. La paralización generó un efecto dominó en la economía local, afectando a proveedores, comercio y familias.
Desde el mundo político, las reacciones no se han hecho esperar. Algunos sectores de derecha han defendido la urgencia de reactivar la mina para asegurar ingresos fiscales y empleo, mientras que voces de izquierda y movimientos sociales han puesto el foco en la necesidad de una minería más responsable y segura.
Un análisis socioeconómico muestra que la tragedia y la posterior paralización han abierto un debate más amplio sobre el modelo extractivo chileno y la necesidad de modernizarlo, tanto en términos de seguridad como de sostenibilidad.
---
Históricamente, El Teniente ha sido un símbolo de la minería estatal y un referente mundial en producción de cobre. Sin embargo, los accidentes no son nuevos en su historia, y la tragedia de 2025 revive discusiones sobre la cultura de seguridad y las condiciones laborales en la industria.
La verificación de los informes entregados por Codelco a Sernageomin indica avances en protocolos, pero también señala desafíos pendientes en infraestructura y capacitación.
---
La reapertura parcial de El Teniente es, en esencia, un acto de equilibrio entre la necesidad de producción y la imperiosa exigencia de seguridad. La tragedia que dejó seis muertos no puede ser olvidada ni minimizada; es un recordatorio doloroso de los riesgos que enfrentan los trabajadores.
Este episodio desnuda las tensiones entre actores con intereses divergentes: la empresa estatal, el regulador, los trabajadores y la sociedad civil. Cada uno con sus demandas, temores y esperanzas.
Finalmente, la historia de El Teniente en 2025 es un llamado a repensar la minería chilena, no solo como fuente de riqueza, sino como espacio donde la vida humana debe ser el valor irrenunciable. La reapertura parcial es un paso, pero el desafío mayor es construir un modelo que no repita la tragedia, sino que la transforme en aprendizaje y cambio profundo.