
En un movimiento que ha generado ondas expansivas en la economía global, el expresidente Donald Trump lanzó en agosto de 2025 una amenaza directa a la Unión Europea (UE): imponer un arancel del 35% a productos europeos si no se cumple con una inversión de 600.000 millones de dólares en Estados Unidos. Esta advertencia se produjo justo antes de la entrada en vigor de un acuerdo que reducía aranceles del 30 al 15%, buscando evitar una escalada comercial.
El origen de esta tensión se remonta a meses atrás, cuando Washington y Bruselas negociaron un pacto que pretendía equilibrar el intercambio comercial y las inversiones estratégicas. Este acuerdo contemplaba no solo la reducción de aranceles, sino también compras europeas de gas, petróleo, energía nuclear y chips de inteligencia artificial, además de un incremento en la adquisición de material militar estadounidense.
Sin embargo, la amenaza de Trump dejó en evidencia las fragilidades y desconfianzas subyacentes en la relación transatlántica. 'La inversión europea es un regalo que nuestro gobierno puede usar a discreción', declaró el exmandatario en una entrevista con CNBC, subrayando un enfoque que prioriza el beneficio unilateral por sobre la cooperación.
Desde la perspectiva política estadounidense, esta postura ha sido vista como un intento de presionar a la UE para acelerar compromisos económicos que, según sectores del Partido Republicano, no se estaban cumpliendo con la suficiente celeridad. No obstante, voces demócratas y expertos en comercio internacional advierten que la escalada arancelaria podría desencadenar una guerra comercial con consecuencias imprevisibles.
En Europa, la reacción fue de rechazo y cautela. Funcionarios de la Comisión Europea señalaron que el acuerdo es un paso hacia una relación más equilibrada y que las amenazas unilaterales erosionan la confianza necesaria para consolidar alianzas estratégicas. 'Este tipo de presiones no contribuyen a la estabilidad económica ni política del bloque', afirmó un portavoz de la Comisión.
En Chile y América Latina, la situación ha generado inquietud por el impacto indirecto que un conflicto comercial de esta magnitud podría tener en las cadenas globales de suministro y en la volatilidad de los mercados. Economistas locales advierten que la incertidumbre podría afectar inversiones y exportaciones, en un contexto ya marcado por desafíos macroeconómicos.
Además, analistas internacionales destacan que esta crisis pone en evidencia un cambio en las reglas no escritas del comercio global: la creciente tendencia a la imposición de condiciones estrictas y sanciones económicas como herramienta de presión política.
A casi cuatro meses de la amenaza, la UE ha mantenido su compromiso con las inversiones pactadas, aunque con cierta lentitud, y el arancel del 35% no se ha aplicado. Sin embargo, la sombra de una posible escalada persiste, mientras ambos bloques evalúan sus estrategias en un tablero geopolítico cada vez más complejo.
En definitiva, esta historia revela la tensión entre la lógica del poder y la necesidad de cooperación en un mundo interdependiente. La apuesta de Trump desafía no solo a la UE, sino también a la arquitectura del comercio internacional, poniendo en jaque los equilibrios que sostienen la economía global. Para Chile y el resto de América Latina, observar este duelo con distancia crítica es clave para anticipar escenarios y entender las nuevas reglas del juego.
Verdades y consecuencias:
- La amenaza de aranceles del 35% es un recordatorio de que los acuerdos comerciales, por más formales que sean, están sujetos a la voluntad política y a cambios abruptos.
- La UE ha respondido con prudencia, evitando una confrontación directa, pero la desconfianza persiste.
- En la práctica, la economía global se enfrenta a un entorno donde las reglas están en disputa y la cooperación internacional es más frágil.
- Para países como Chile, el desafío está en diversificar mercados y fortalecer la resiliencia ante shocks externos.
Este episodio no solo es un capítulo más en la saga Trump, sino un espejo de las tensiones que cruzan el presente y futuro del comercio mundial.