Evelyn Matthei se disculpa por justificar el golpe de Estado: un debate que sigue dividiendo a Chile

Evelyn Matthei se disculpa por justificar el golpe de Estado: un debate que sigue dividiendo a Chile
Actualidad
Política
2025-11-20
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- Disculpas públicas tras polémicas declaraciones sobre el golpe de 1973.

- Choque de interpretaciones entre sectores políticos y sociales.

- Repercusiones en la carrera presidencial y en el debate sobre memoria histórica.

Un año después de sus controvertidas declaraciones en que afirmó que el golpe de Estado de 1973 "era necesario", Evelyn Matthei ha ofrecido una disculpa pública que ha reabierto heridas y debates en el país.

En abril de 2025, durante una entrevista radial, Matthei sostuvo que "era necesario. Si no, nos íbamos derechito a Cuba. No había otra alternativa", y agregó que hubo "muertes inevitables" en ese proceso. Estas palabras provocaron una oleada de críticas desde diversos sectores políticos y sociales, cuestionando la legitimidad de su postura y su compromiso con los derechos humanos.

A casi cuatro meses, en agosto de 2025, Matthei publicó una carta abierta en El Mercurio donde expresa: "Sé que a muchos chilenos les molestó u ofendió lo que dije, y desde ya me disculpo por el dolor que mis palabras pudieron causarles. Nada más lejano de mi intención". En ella, reconoce la extrema polarización de los años sesenta y setenta, y condena explícitamente las violaciones a los derechos humanos cometidas tras el golpe militar.

Voces enfrentadas en el debate público

Las reacciones no se hicieron esperar. Desde la oposición, el senador Matías Walker (Demócratas) calificó las declaraciones iniciales de Matthei como una "fundamental reafirmación" que pone en jaque la defensa irrestricta de los derechos humanos. "Los derechos humanos se deben defender siempre, en cualquier tiempo y circunstancia; su violación jamás se puede justificar, ni menos defender", afirmó.

Por su parte, el diputado Héctor Ulloa (PPD-Independientes) valoró las disculpas, pero advirtió: "Espero que su defensa de la democracia y los derechos humanos sea con verdadera convicción y no corresponda a una estrategia electoral, en vista de su caída en las encuestas".

Desde la izquierda, Lorena Pizarro (PC) fue más crítica, señalando que la disculpa no borra que Matthei haya "abrazado y saludado a la dictadura y jamás condenó las violaciones a los derechos humanos". Para ella, contextualizar el golpe como una responsabilidad compartida es, en sí mismo, una forma de justificarlo.

En cambio, la parlamentaria Marlene Pérez (Ind.-UDI) defendió la trayectoria de Matthei, destacando que "los valores y principios democráticos de Evelyn Matthei son indiscutibles" y que su carta aclara y matiza sus dichos.

Un espejo de la polarización chilena

Este episodio refleja la persistente fractura en la sociedad chilena respecto a la interpretación del golpe de Estado y sus consecuencias. Mientras algunos sectores enfatizan la necesidad de una memoria histórica que condene sin ambigüedades las violaciones de derechos humanos, otros buscan contextualizar los hechos en un marco más amplio de conflicto ideológico y violencia previa.

La controversia también incide directamente en la carrera presidencial, ya que Matthei es una figura clave en el bloque Chile Vamos y Amarillos, que busca posicionarse en un escenario electoral fragmentado y con demandas sociales que exigen claridad ética y compromiso democrático.

Constataciones finales

Las disculpas de Matthei no han cerrado el debate, sino que lo han profundizado, evidenciando las tensiones no resueltas sobre cómo Chile enfrenta su pasado reciente. La historia, con sus heridas abiertas, sigue siendo un terreno de disputa política y social, donde la memoria y la justicia se entrecruzan con las estrategias electorales y las identidades ideológicas.

La lección, quizá, es que en un país marcado por la violencia y la polarización, las palabras de sus líderes tienen un peso que trasciende el instante y pone a prueba la capacidad colectiva para reconciliarse con su historia y construir una democracia más sólida y respetuosa de los derechos humanos.