
En el escenario global del primer semestre de 2025, el mercado de vinos de lujo experimentó una caída significativa y sostenida, que ha puesto en jaque a los principales productores mundiales. La plataforma London International Vintners Exchange (Liv-ex) reportó una caída del 23% en el índice Liv-ex 500, que agrupa los vinos de Burdeos, y un 27% en el Burgundy 150, enfocado en Borgoña. Este fenómeno refleja no solo un cambio en el comportamiento del consumidor, sino también un debilitamiento del impulso financiero que sostuvo al sector durante la pandemia.
Los factores detrás de esta crisis son múltiples y convergentes. Por un lado, la amenaza de aranceles del 200% por parte de Estados Unidos al vino europeo, aunque no concretada, generó un retiro masivo de compradores norteamericanos en el segundo trimestre. La depreciación del dólar frente al euro encareció las importaciones europeas, afectando la competitividad de regiones emblemáticas como Burdeos o Piamonte. Además, la campaña "En primeur 2024" en Burdeos, tradicionalmente un motor de ventas anticipadas, no logró entusiasmar ni revertir la tendencia negativa.
Desde la perspectiva europea y estadounidense, la crisis se siente como una doble afrenta: la pérdida de un mercado clave y la necesidad de reajustar estrategias en un contexto de incertidumbre comercial y financiera. Sophia Gilmour, analista de Liv-ex, advierte que “la estabilidad arancelaria será clave, pero no suficiente sin una reactivación en mercados asiáticos o ventas rápidas de excedentes”.
En contraste, Chile emerge como un caso atípico en esta tormenta global. Pese a una caída del 8,4% en volumen de exportaciones de vinos premium y de lujo, las ventas en valor aumentaron un 15%, manteniendo e incluso elevando el posicionamiento de marca. El reconocimiento internacional, como el otorgado a Don Melchor por Wine Spectator en noviembre de 2024, ha reforzado esta dinámica positiva.
Productores como Viña Concha y Toro y Viña VIK destacan la resiliencia del mercado chileno, apoyada en la diversificación geográfica y el auge del e-commerce. Desde VIK señalan que “no hemos visto una caída significativa en consumo, y el canal digital ha permitido sostener crecimiento incluso en segmentos de alta gama”. A diferencia de Europa, los productores chilenos no han recurrido a la reducción de precios para mantener demanda, aunque reconocen la dificultad para aumentar precios en este contexto.
Desde la consultora Bain, Marcial Rapela señala que “esta recalibración estratégica de precios abre oportunidades para inversores con visión de largo plazo” y que la normalización de precios demuestra la madurez del mercado chileno, donde el segmento premium mantiene su poder de pricing.
Este contraste plantea un desafío para los actores globales: mientras Europa y Estados Unidos enfrentan la necesidad de adaptarse a un mercado más volátil y fragmentado, Chile aprovecha su posicionamiento para consolidar su presencia y explorar nuevas oportunidades.
Perspectivas divergentes y consecuencias
Desde una óptica política y económica, la crisis del vino de lujo también refleja tensiones comerciales globales y la fragilidad de cadenas de valor internacionales. Para los productores europeos, la incertidumbre arancelaria y la volatilidad cambiaria son un llamado a la diversificación y a la innovación en modelos de negocio.
En Chile, la situación ha generado debates sobre la sostenibilidad de esta resistencia en un contexto global adverso y la necesidad de fortalecer canales digitales y mercados emergentes.
Para los consumidores, la recalibración implica un acceso más amplio a vinos de alta gama a precios más competitivos, pero también una mayor fragmentación del mercado y posibles cambios en hábitos de consumo.
Conclusión
La crisis global en los vinos de lujo no es un fenómeno pasajero ni homogéneo. Mientras los grandes polos europeos y estadounidenses se enfrentan a una caída estructural en demanda y precios, Chile ha logrado mantener su valor y explorar nuevas rutas de crecimiento. Esta dualidad invita a repensar las dinámicas del mercado internacional, donde la resiliencia y adaptación serán claves para definir quiénes liderarán el segmento en los próximos años.
La historia no termina aquí: la estabilidad arancelaria, la recuperación de mercados asiáticos y la innovación en canales de venta marcarán el próximo capítulo de esta saga global.
2025-11-02