
El 31 de julio de 2025, un sismo de magnitud 4,2 sacudió la zona del Proyecto Andesita en la División El Teniente de Codelco, desencadenando un derrumbe que dejó un saldo trágico: un trabajador fallecido y cinco mineros atrapados en galerías subterráneas. El evento ocurrió a las 17:34 horas, con epicentro a 37 kilómetros al este de Rancagua, y fue catalogado como uno de los más grandes en décadas para el yacimiento.
Desde entonces, se activó un operativo de rescate que ha movilizado a más de 180 profesionales, entre rescatistas, geomecánicos y expertos en minería subterránea, incluyendo figuras emblemáticas como André Sougarret, líder del rescate de los 33 mineros en 2010. Las próximas 48 horas fueron definidas como críticas para lograr contacto y extracción de los trabajadores atrapados.
El gobierno, representado por el Presidente Gabriel Boric y la ministra de Minería Aurora Williams, desplegó todos los recursos técnicos y humanos disponibles, enfatizando el compromiso estatal para salvaguardar la vida de los trabajadores. Por su parte, Codelco ha informado con transparencia sobre los avances y dificultades, señalando que la galería afectada permanece colapsada y que la zona sigue siendo de alto riesgo por réplicas sísmicas.
Sin embargo, la Federación de Trabajadores del Cobre (FTC) expresó su profunda preocupación por la seguridad en las faenas, calificando el accidente como una de las tragedias más dramáticas en la historia reciente de la estatal. "Resulta inaceptable la falta de protocolos y control eficaz de riesgos para una explotación de enorme complejidad como la minería subterránea", declararon, exigiendo a Codelco implementar políticas preventivas más rigurosas.
Esta disonancia refleja una tensión latente entre la urgencia de rescatar a los atrapados y la crítica mirada sobre las condiciones estructurales de seguridad en la minería chilena.
El gerente general de El Teniente, Andrés Music, descartó que el sismo fuera provocado por actividades humanas como explosivos o perforaciones, atribuyéndolo a la sismicidad natural asociada a la explotación minera y la tectónica local. La investigación en curso busca esclarecer responsabilidades y si hubo incumplimiento de normativas de seguridad.
Este episodio revive la memoria del histórico rescate de 2010, pero también pone en evidencia los desafíos actuales de una industria que, pese a la modernización tecnológica, sigue enfrentando riesgos inherentes y complejidades operativas.
En la Región de O'Higgins, la comunidad minera y familiares viven una angustia prolongada, mientras se cuestionan las medidas preventivas y la respuesta institucional. Organizaciones sociales y expertos en seguridad laboral llaman a un debate profundo sobre la cultura de prevención y la transparencia en la gestión de riesgos.
Este accidente en El Teniente no solo es un episodio crítico de emergencia y rescate, sino un espejo que refleja las tensiones entre desarrollo económico, seguridad laboral y responsabilidad social en la gran minería chilena. La tragedia ha puesto en evidencia la necesidad imperiosa de revisar y fortalecer protocolos de seguridad, así como de garantizar una comunicación clara y efectiva con todas las partes involucradas.
Mientras la operación de rescate continúa, la sociedad chilena observa con atención y expectación, consciente de que el desenlace marcará no solo el destino inmediato de cinco trabajadores, sino también el rumbo de la minería y sus políticas de prevención en las próximas décadas.
Fuentes: Diario Financiero, declaraciones oficiales de Codelco, Federación de Trabajadores del Cobre, y análisis de expertos en minería subterránea.