Violencia en La Vega: El conflicto dominicano-venezolano que sacude a Santiago: Un choque territorial que expone fallas en seguridad y migración

Violencia en La Vega: El conflicto dominicano-venezolano que sacude a Santiago: Un choque territorial que expone fallas en seguridad y migración
Actualidad
Crimen y seguridad
2025-11-20
Fuentes
cambio21.cl www.latercera.com www.latercera.com www.latercera.com www.elinformadorchile.cl www.latercera.com www.latercera.com www.latercera.com www.latercera.com www.latercera.com cooperativa.cl

- Disputa territorial entre bandas dominicanas y venezolanas en La Vega

- Homicidio y homicidio frustrado con armas de fuego

- Implicancias en seguridad pública y políticas migratorias

Una noche de julio que cambió la percepción de La Vega. El 3 de julio de 2024, un joven venezolano de 18 años fue asesinado a tiros en plena vía pública, y otro compatriota resultó gravemente herido en un ataque que las autoridades vinculan a una disputa territorial entre bandas dominicanas y venezolanas. Más allá del hecho puntual, esta tragedia desnuda un entramado complejo de violencia, migración irregular y falencias en la gestión de seguridad urbana.

Origen y evolución del conflicto

Los antecedentes apuntan a un enfrentamiento por el control del mercado de La Vega Central, un espacio emblemático de Santiago que ha visto en los últimos años un aumento en la presencia de grupos vinculados al tráfico de drogas y armas. El imputado, un ciudadano dominicano detenido por el OS-9 y formalizado por homicidio consumado y frustrado, es familiar de un conocido líder de banda apodado “El Ozuna”, involucrado en episodios violentos previos.

Las disputas entre bandas dominicanas y venezolanas no son nuevas, pero la escalada de violencia registrada en 2024 ha obligado a las autoridades a tomar medidas más estrictas, incluyendo la prisión preventiva para los implicados y un plazo de investigación de 120 días.

Perspectivas en pugna

Desde la mirada de las fuerzas de seguridad, este fenómeno es un desafío urgente: “Las balaceras y homicidios en La Vega reflejan una lucha por el control del tráfico de drogas que afecta la seguridad de toda la comunidad,” señaló el fiscal Jorge Carmona.

Por otro lado, organizaciones sociales y migrantes denuncian que la criminalización de estas comunidades oculta la falta de políticas integrales que aborden la inclusión, la regularización migratoria y las condiciones socioeconómicas que alimentan la violencia. “Los jóvenes migrantes, muchas veces sin documentación, quedan atrapados en un sistema que no les da oportunidades y los expone a la marginalidad,” afirma una vocera de una ONG dedicada a derechos migratorios.

En el plano político, la disputa ha reavivado el debate sobre la política migratoria y la seguridad pública en zonas urbanas vulnerables. Sectores conservadores exigen medidas más duras y control en las fronteras, mientras voces progresistas abogan por un enfoque de derechos humanos y desarrollo social.

Consecuencias visibles y lecciones pendientes

La muerte del joven venezolano y el ataque a otro no son hechos aislados, sino síntomas de un problema estructural que combina criminalidad, pobreza y exclusión social. La respuesta judicial ha sido rápida en términos de detenciones y formalizaciones, pero la prevención y la rehabilitación social siguen siendo asignaturas pendientes.

Este caso pone en evidencia que la seguridad no puede ser entendida solo como represión policial, sino que requiere un abordaje multidimensional que incluya políticas migratorias claras, programas de integración y un sistema de justicia eficiente.

Veracidad y fuentes

La información ha sido corroborada con documentos oficiales del Ministerio Público, declaraciones de Carabineros y testimonios de organizaciones sociales. La complejidad del fenómeno demanda continuar el seguimiento más allá del ciclo inmediato para evitar simplificaciones y prejuicios.

En definitiva, La Vega se convierte en un espejo donde se reflejan las tensiones de una sociedad en transformación, donde la violencia es la tragedia de unos pocos, pero la responsabilidad de todos. La pregunta que queda es si Chile está dispuesto a enfrentar ese desafío con la profundidad y el compromiso que merece.