
El 17 de noviembre de 2025 marcó un hito en la carrera presidencial chilena: José Antonio Kast y Jeannette Jara pasaron a segunda vuelta, dando inicio a un escenario político cargado de incertidumbres y tensiones que ahora, a tres días de los resultados, comienzan a mostrar sus primeras líneas de fractura y estrategias definidas.
El analista político Tomás Duval, académico de la Universidad Autónoma, afirmó que Kast parte con una ventaja clara en la segunda vuelta, pero que esta no es suficiente para asegurar el triunfo definitivo. En diálogo con medios nacionales, Duval subrayó que "pueden ocurrir ciertas cosas muy inesperadas, poco probables, o errores profundos de los candidatos, de cualquiera de las dos candidaturas", que podrían cambiar el rumbo de la elección. "Su desafío es ampliar el apoyo, y eso es lo que intentará en esta etapa", agregó.
Este análisis se ve reforzado por movimientos políticos recientes que delinean alianzas y tensiones. Por un lado, el contacto telefónico entre Kast y el presidente argentino Javier Milei, líder de la derecha conservadora en ese país, simboliza una apuesta por fortalecer vínculos internacionales basados en un discurso común de "más libertad, seguridad y progreso económico". Este diálogo, difundido por Kast el 18 de noviembre, busca proyectar una imagen de liderazgo regional y sintonía ideológica, en un momento en que la política latinoamericana experimenta reconfiguraciones profundas.
Por otro lado, el bloque político Demócratas, liderado por Ximena Rincón, se mantiene en una posición ambivalente. Aunque no declara un apoyo explícito a Kast, reconoce que "el veredicto de la ciudadanía ha sido claro: siete de cada 10 chilenos rechazaron la continuidad de este mal gobierno" y que la voluntad de cambio se ratificará en la segunda vuelta. "Nosotros tampoco queremos más de lo mismo, y menos aún liderado por el Partido Comunista", señalaron en un comunicado público, dejando entrever una inclinación tácita hacia el candidato republicano sin formalizarla.
Esta ambigüedad refleja la complejidad del tablero político chileno, donde las alianzas tradicionales se resquebrajan y las nuevas configuraciones no terminan de consolidarse. El escenario se presenta como un verdadero coliseo donde cada movimiento, cada palabra y cada estrategia serán decisivos para definir quién logrará captar a los sectores indecisos y ampliar su base electoral.
Desde la perspectiva ciudadana, la polarización se siente en las calles y en los debates públicos. Sectores que rechazan la continuidad del gobierno actual ven en Kast una opción para cambiar el rumbo, mientras que otros alertan sobre los riesgos que representa un eventual gobierno con fuerte influencia conservadora y populista. La tensión social y política se intensifica, con espacios de diálogo cada vez más fragmentados.
En definitiva, la segunda vuelta presidencial chilena se configura como un escenario abierto y en constante movimiento. La ventaja inicial de Kast no garantiza el triunfo y la ambigüedad de apoyos clave como Demócratas añade un componente de incertidumbre. La relación con actores internacionales como Milei apunta a fortalecer la narrativa de cambio conservador, pero también expone al candidato a críticas sobre influencias externas y alineamientos ideológicos.
Queda claro que este proceso no es solo una contienda electoral, sino un reflejo de las profundas divisiones y expectativas que atraviesan a la sociedad chilena. El desenlace dependerá tanto de la capacidad de los candidatos para ampliar sus apoyos como de la respuesta de una ciudadanía que, tras años de crisis y transformaciones, busca certezas y soluciones en medio de la incertidumbre.
Fuentes: Cooperativa.cl, La Tercera, declaraciones públicas de Tomás Duval y Demócratas.