
El accidente ocurrido en la madrugada del 1 de agosto de 2025 en la Costanera Norte, que dejó un fallecido y siete personas lesionadas, ha trascendido más allá de la tragedia inmediata para revelar tensiones profundas en la gestión de la seguridad vial en Chile.
El vehículo involucrado transportaba a ocho personas, una de las cuales falleció mientras iba en el maletero, un detalle que ha generado controversia y cuestionamientos sobre las condiciones en que se realizan ciertos viajes, especialmente en el contexto del transporte informal.
Desde el punto de vista institucional, las autoridades han confirmado que el tránsito permaneció suspendido en el kilómetro 25 de la ruta, mientras se investigaban las causas exactas del siniestro. Sin embargo, la fiscalización y control de estas prácticas han sido objeto de críticas por parte de sectores ciudadanos y expertos en seguridad vial.
"Que una persona viaje en el maletero no es solo una infracción, es un síntoma de la precariedad y falta de alternativas que enfrentan muchas familias", señala el experto en movilidad urbana, Rodrigo Muñoz, quien enfatiza la necesidad de políticas públicas que aborden el transporte informal con urgencia y sensibilidad social.
Por otro lado, voces desde la derecha política han enfatizado la responsabilidad individual y la necesidad de reforzar la educación vial, argumentando que "la prevención pasa por respetar las normas y sancionar con rigor a quienes las infringen", según la diputada María Fernanda Rojas.
En contraste, organizaciones sociales y agrupaciones de víctimas de accidentes han pedido una mirada más integral, que incluya no solo el cumplimiento normativo, sino también la mejora de infraestructura, la accesibilidad a transporte seguro y campañas de concientización permanentes.
A nivel regional, el impacto también ha sido notable. La suspensión del tránsito en un eje tan crucial como la Costanera Norte afectó la movilidad diaria de miles de personas, evidenciando la fragilidad de la red vial ante eventos inesperados y la necesidad de planes de contingencia más efectivos.
Finalmente, esta tragedia pone en evidencia una verdad incómoda: la seguridad vial en Chile no solo depende de la acción del Estado ni de la responsabilidad individual, sino de un entramado complejo donde confluyen condiciones sociales, económicas y culturales. La muerte y las heridas sufridas en este accidente son una llamada urgente a repensar cómo se protege la vida en las carreteras del país.
El cierre del ingreso Dorsal a Costanera Norte y la consiguiente congestión posterior mostraron la falta de alternativas rápidas y seguras para los usuarios. La lección, aunque dolorosa, es clara: sin un enfoque multidimensional que integre fiscalización, educación, infraestructura y justicia social, los accidentes seguirán siendo tragedias recurrentes en el paisaje chileno.
Fuentes consultadas: La Tercera, Radio Carabineros, TTISantiago, Ministerio de Obras Públicas, análisis de expertos en movilidad urbana.