
Un acuerdo esperado, pero condicionado. A fines de septiembre de 2025, la State Administration for Market Regulation (SAMR) de China aprobó el acuerdo entre Codelco y SQM para la explotación conjunta del Salar de Atacama hasta 2060. Esta decisión, largamente anticipada en el mundo minero, no llegó sin desafíos ni matices. Beijing puso sobre la mesa una serie de condiciones que reflejan una preocupación central: garantizar un suministro competitivo y seguro de litio para sus industrias a largo plazo.
China, pese a ser el tercer mayor productor mundial de litio, enfrenta costos de extracción más altos que Chile, donde el Salar de Atacama ofrece uno de los carbonatos de litio más baratos del planeta, con costos estimados en menos de US$ 4.000 por tonelada. Entre 2023 y 2024, el precio del litio cayó un 66%, lo que llevó a China a cerrar varios centros productivos. Sin embargo, las proyecciones de Cochilco apuntan a una recuperación gradual de los precios, que podrían alcanzar los US$ 15.000 la tonelada desde 2027, reforzando la importancia estratégica del acuerdo.
Desde la perspectiva china, la aprobación no es solo un trámite económico: está intrínsecamente ligada a la estabilidad y profundidad de las relaciones bilaterales con Chile, que en 2025 han estado marcadas por episodios delicados, como el ataque incendiario a la empresa China International Water & Electric Corp y la paralización del observatorio Cerro Ventarrones por presiones externas. Luis Schmidt, exembajador chileno en China, señala que "la relación chino-chilena no pasa por su mejor momento" y que las políticas de screening a inversiones extranjeras son vistas en Beijing como medidas anti-China.
En el centro del debate, la figura de SQM emerge como una empresa chilena eficiente y con know how, pero con un "pecado de origen" que genera desconfianza. Por otro lado, Tianqi, un actor chino con fuertes lazos políticos, ha ejercido presión para frenar el acuerdo y llevar el asunto a la justicia y a la junta de accionistas, evidenciando la pugna interna entre intereses nacionales y corporativos.
Un expresidente ejecutivo de Codelco advierte que "si la aprobación china se atrasa o no se logra, estamos atrasando el desarrollo del litio en Chile cinco o seis años, con consecuencias geopolíticas nefastas". Para contrarrestar la influencia de Tianqi, Codelco ha sellado alianzas estratégicas con gigantes como Huawei y ha intensificado conversaciones con importantes compradores asiáticos como CATL y BYD.
Más allá del tablero internacional, el acuerdo tiene implicancias directas para la región de Antofagasta y la economía chilena. La explotación conjunta promete estabilidad en el suministro y potenciales inversiones, pero también reabre debates sobre soberanía, control de recursos estratégicos y desarrollo sustentable.
Este episodio confirma que la minería del litio no es solo un asunto económico, sino un campo de batalla geopolítico donde convergen intereses nacionales, corporativos y estratégicos. La aprobación condicionada por China refleja una mirada pragmática, pero también cautelosa, en un contexto global de incertidumbre en los mercados de materias primas.
Chile se encuentra en una encrucijada: mantener su liderazgo en la producción de litio implica navegar tensiones políticas internas y externas, asegurar la eficiencia empresarial y garantizar que las ganancias se traduzcan en desarrollo social y económico para sus regiones productoras.
La historia del acuerdo Codelco-SQM es, en definitiva, un espejo de las complejidades contemporáneas en la globalización de recursos estratégicos, donde la paciencia, la estrategia y la diplomacia serán clave para no perder terreno en un mercado que ya no solo se mide en toneladas, sino en poder y futuro.
2025-11-11