
En un escenario político que se ha ido tensando desde las elecciones primarias, el seminario organizado por la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) a fines de julio de 2025 marcó un momento clave para observar las diferencias irreconciliables entre dos de los principales candidatos presidenciales: José Antonio Kast, del Partido Republicano, y Jeannette Jara, del Partido Comunista.
En esta instancia, Kast lanzó una crítica directa a Jara, acusándola de querer “tratar a delincuentes con amor” en materia de seguridad pública. Esta frase, que rápidamente se viralizó, sintetiza una visión dura y punitiva que el candidato republicano sostiene desde hace años, basada en un endurecimiento de las políticas migratorias y penales.
Por su parte, Jara evitó responder al ataque personal y centró su intervención en la viabilidad económica de las propuestas que se han planteado en el debate público. Enfatizó que reducir el impuesto corporativo, como proponen varios candidatos de oposición, solo beneficiaría al 3% de las empresas más grandes del país, y que hacerlo pondría en riesgo la estabilidad fiscal y el control de la deuda pública.
Kast defendió un enfoque que prioriza el cierre de fronteras y la reducción de impuestos para fomentar la inversión y el empleo formal. Su plan incluye mantener el impuesto para pymes en 12,5% y reducir el impuesto a medianas y grandes empresas a un 20% en cuatro años, además de incentivar la participación laboral femenina y juvenil.
“Necesitamos más empleo, más formalidad, mejores sueldos, porque el pleno empleo es la mejor política pública a la que podemos aspirar”, afirmó Kast, reflejando una visión liberal-conservadora que apuesta por la competitividad y la seguridad como pilares del crecimiento.
En cambio, Jara advirtió que estas promesas de rebajas tributarias son poco realistas y podrían profundizar la deuda pública, encarecer el crédito y generar un círculo vicioso que afectaría a toda la economía. “La mejor inversión que podemos hacer para Chile es hacer propuestas responsables y cumplibles y hablar con la verdad siempre”, concluyó, llamando a la prudencia y a la fiscalización rigurosa del gasto público.
Este enfrentamiento no solo refleja un choque entre dos proyectos económicos, sino también una batalla simbólica sobre cómo enfrentar la inseguridad ciudadana y la crisis social que persiste en Chile. Mientras Kast apela a un discurso de mano dura y orden, Jara insiste en la necesidad de políticas sociales integrales y sostenibles.
Desde otros sectores, como la candidata Evelyn Matthei (Chile Vamos), se ha enfatizado la creación de empleo como un eje común, aunque con diferencias en los métodos y alcances.
A casi cuatro meses de este debate, el panorama político sigue polarizado. La seguridad y la economía se mantienen como temas centrales que dividen a la ciudadanía y los actores políticos. La discusión sobre cómo equilibrar la inversión, el control fiscal y la justicia social sigue abierta, con consecuencias directas en la percepción pública y en la formulación de políticas futuras.
Lo que queda claro es que las promesas electorales deben ser evaluadas con rigor, considerando su factibilidad y el impacto real en la sociedad. La tensión entre propuestas audaces y la responsabilidad fiscal es un dilema que Chile deberá enfrentar, más allá de los discursos confrontacionales.
Este episodio en la Sofofa es un reflejo de esa pugna, que invita a la ciudadanía a mirar más allá de las declaraciones y a exigir claridad, coherencia y compromiso en las propuestas que definirán el rumbo del país en los próximos años.
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Fuentes: BioBioChile (31 de julio de 2025), análisis político y económico posteriores al seminario Sofofa.
2025-11-11