
Un escenario de confrontación y cálculo político ha ido tomando forma en Chile Vamos durante los últimos meses, evidenciando que la unidad de la coalición está lejos de ser un hecho consumado. El 31 de julio de 2025, Evelyn Matthei convocó a candidatos al Congreso para una sesión fotográfica oficial en su comando, un acto que buscaba mostrar cohesión pero que terminó por desnudar tensiones internas. La convocatoria, realizada en medio del temor por los "descuelgues" de candidatos, fue un intento por amarrar apoyos y evitar fugas hacia el candidato del Partido Republicano, José Antonio Kast, quien lideraba las encuestas presidenciales en ese momento.
Este episodio no es aislado. La historia reciente de Chile Vamos muestra episodios similares, como en 2021, cuando un grupo de diputados de Renovación Nacional (RN) pidió libertad de acción para apoyar a Kast, generando una fractura visible en la coalición. En 2025, la situación se repite con matices, en un contexto donde la tensión entre Matthei y Kast escaló hasta amenazas de querella por acoso en redes sociales, aunque finalmente no se materializó.
Perspectivas encontradas: un coalición en disputa
Desde la vereda de Matthei, se argumenta que la cohesión es necesaria para consolidar una propuesta política que represente a todo el sector y evite la dispersión del voto. La convocatoria fotográfica fue, según su comando, una muestra de fuerza y unidad.
En contraste, varios parlamentarios y candidatos de RN manifestaron públicamente su descontento con la línea de campaña de Matthei. El diputado Miguel Mellado reconoció que "a varios parlamentarios y candidatos no les gusta la línea que está siguiendo la campaña" y anticipó que algunos podrían no aparecer en la foto oficial después de la inscripción de candidaturas. Este desencanto refleja una desconfianza creciente hacia la conducción presidencial y un cuestionamiento a la estrategia electoral.
Desde el lado de Kast y sus adherentes, la apuesta es clara: capitalizar el liderazgo en las encuestas para atraer a los electores y sumar apoyos parlamentarios que refuercen su posición. La tensión con Matthei ha generado un ambiente de competencia interna que amenaza con fragmentar aún más a la coalición.
Impacto regional y social: voces desde las bases
En regiones, la situación no es homogénea. Algunos candidatos ven en la unidad una oportunidad para fortalecer sus campañas, mientras que otros perciben la convocatoria como una imposición que limita su autonomía. En la Región de O’Higgins, por ejemplo, el diputado Víctor Blanco participó en la sesión, mostrando respaldo, pero la incertidumbre sobre candidaturas y negociaciones parlamentarias persiste.
Ciudadanos y analistas políticos han expresado preocupación por la imagen de división que proyecta Chile Vamos, especialmente en un contexto político polarizado y con una ciudadanía demandante de liderazgos claros y acuerdos sólidos.
Conclusiones y consecuencias visibles
El episodio de la sesión fotográfica y las tensiones internas son más que un simple desencuentro: son la manifestación palpable de una coalición que enfrenta un desafío existencial. La dificultad para cohesionar candidaturas y estrategias refleja un problema estructural que podría afectar su desempeño en las elecciones parlamentarias y presidenciales.
La fractura abierta entre Matthei y Kast, y el descontento entre parlamentarios, anticipan un proceso electoral marcado por la incertidumbre y la posible dispersión del voto de derecha. Esto, a su vez, puede favorecer a otros actores políticos y modificar el mapa electoral en un momento decisivo para Chile.
El desafío para Chile Vamos será encontrar un equilibrio entre la diversidad interna y la necesidad de unidad, sin sacrificar la autonomía de sus miembros ni profundizar las divisiones. El tiempo dirá si lograrán recomponer su alianza o si esta crisis anticipa un cambio más profundo en la derecha chilena.