Los aranceles de Trump y su impacto en EE.UU.: entre ingresos récord y tensiones comerciales

Los aranceles de Trump y su impacto en EE.UU.: entre ingresos récord y tensiones comerciales
Economía
Macroeconomía
2025-11-20
Fuentes
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- Incremento histórico de aranceles a importaciones en EE.UU.

- Contradicciones visibles: aumento del déficit comercial pese a las medidas proteccionistas

- Reconfiguración global: China y socios buscan rutas alternativas al mercado estadounidense

Un aumento sin precedentes en los aranceles estadounidenses ha reconfigurado el tablero económico global y generado un choque de intereses internos y externos, cuyas consecuencias empiezan a manifestarse con claridad.

Desde enero de 2025, la administración Trump elevó el tipo arancelario medio efectivo a un 18,2%, la cifra más alta desde 1934. Este salto ha disparado los ingresos fiscales por esta vía, triplicándolos en solo un año, y generando un alivio temporal para las finanzas públicas, según datos oficiales y análisis de la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO). Sin embargo, esta victoria contable se enfrenta a un escenario económico más complejo.

Por un lado, el déficit comercial de bienes de Estados Unidos alcanzó un récord de US$162.000 millones en marzo de 2025, para luego moderarse a US$86.000 millones en junio. Esta paradoja se explica en parte porque las empresas estadounidenses anticiparon las medidas arancelarias acumulando inventarios, distorsionando temporalmente las cifras. Pero a largo plazo, expertos coinciden en que los desequilibrios estructurales de la economía estadounidense —gasto nacional persistente por encima de la producción— seguirán siendo el motor principal del déficit, más allá de las políticas comerciales restrictivas.

“Los aranceles no son una varita mágica para corregir desequilibrios económicos complejos”, advierte la economista Cecilia Martínez, especializada en comercio internacional. “El proteccionismo puede generar alivios fiscales momentáneos, pero a costa de distorsionar cadenas productivas y encarecer insumos.”

En el plano internacional, la guerra comercial ha afectado directamente a China, principal blanco de las medidas. Las exportaciones chinas a EE.UU. cayeron un 11% en la primera mitad de 2025 respecto a 2024. Sin embargo, Pekín ha redirigido sus ventas hacia otros mercados emergentes y desarrollados: India, la Unión Europea, el Reino Unido y la ASEAN han visto crecer sus importaciones chinas, evidenciando una diversificación estratégica para sortear las barreras estadounidenses.

“La fragmentación del comercio global es real y creciente,” señala el analista internacional Rodrigo Salinas. “Los países buscan nuevos acuerdos y alianzas para evitar quedar atrapados en la tensión entre las dos mayores potencias.” Así, se han concretado acuerdos como el firmado entre Reino Unido e India, y negociaciones entre la AELC y países del Mercosur, mientras Canadá explora vínculos con la ASEAN.

En el frente doméstico, el aumento de los aranceles ya empieza a sentirse en el bolsillo de los consumidores estadounidenses. La inflación oficial subió al 2,7% en junio de 2025, con incrementos notables en bienes importados y productos nacionales afectados por los gravámenes. Estudios en tiempo real del Pricing Lab de Harvard confirman que los precios de productos arancelados aumentan más rápido que los de otros bienes, anticipando un impacto directo en el costo de vida.

Las voces políticas se dividen. Mientras sectores conservadores celebran los mayores ingresos fiscales y la supuesta defensa de la industria nacional, economistas liberales y representantes del sector exportador advierten que la estrategia podría erosionar la competitividad y profundizar la fragmentación comercial.

“Hay un costo real que no se mide solo en números fiscales,” enfatiza la diputada socialista Marcela Rojas. “Estas medidas afectan a trabajadores, consumidores y al tejido productivo, generando incertidumbre y vulnerabilidad.”

En definitiva, la política arancelaria de Trump ha abierto un escenario de contradicciones palpables: ingresos fiscales récord que alivian las cuentas públicas, pero también presión inflacionaria y un déficit comercial persistente. En el plano internacional, ha acelerado la reconfiguración de alianzas y rutas comerciales, con China y sus socios buscando alternativas al mercado estadounidense.

Este episodio revela que las medidas proteccionistas, lejos de ser soluciones definitivas, generan una compleja red de efectos secundarios que desafían la estabilidad económica y política a medio y largo plazo. La historia sigue, y los próximos capítulos dependerán de cómo se equilibren estos intereses contrapuestos en un mundo cada vez más interconectado y fragmentado.