
El pasado 13 de noviembre de 2025, Estados Unidos decidió eliminar el arancel recíproco del 10% que había impuesto a ciertos productos chilenos desde abril del mismo año. Esta medida afecta directamente a sectores agrícolas y ganaderos estratégicos para Chile, entre ellos paltas, kiwis, naranjas, carne bovina y sus subproductos. La decisión se entiende como un retorno al arancel cero establecido en el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambos países, vigente desde 2004.
La ministra de Agricultura, Ignacia Fernández, valoró el avance, enfatizando que esta resolución es fruto de un trabajo diplomático sostenido por la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales. Según Fernández, la medida no solo reactiva un flujo comercial vital, sino que también es un reconocimiento a las gestiones chilenas para defender el cumplimiento de compromisos internacionales.
"Este es un paso concreto que refleja el impacto positivo de una política diplomática sólida para el sector rural y el desarrollo económico del país", afirmó Andrea García, directora nacional de Odepa, subrayando la importancia de este giro en el contexto de negociaciones bilaterales más amplias.
Desde la perspectiva empresarial, la eliminación de estos aranceles representa un alivio para exportadores que habían enfrentado un aumento de costos y barreras en uno de sus mercados más relevantes. Sin embargo, no todos los actores ven la medida con igual optimismo. Algunos analistas advierten que, aunque el retorno a arancel cero es positivo, la volatilidad de la política comercial estadounidense sigue siendo una amenaza latente para la estabilidad exportadora chilena.
En el plano social, productores agrícolas y ganaderos han expresado alivio, pero también cautela. "La incertidumbre de este año nos afectó en la planificación y en la confianza para invertir, esperamos que esta decisión sea definitiva y no un vaivén más", señaló un representante gremial del sector frutícola del norte del país.
Por otro lado, voces críticas desde sectores ambientalistas y de sostenibilidad han señalado que la reactivación de la exportación intensiva debe ir acompañada de mayores estándares en producción responsable y cuidado del agua, especialmente en zonas donde la agricultura enfrenta estrés hídrico.
Este episodio se enmarca en un escenario global de renegociaciones y ajustes en cadenas comerciales, donde las tensiones arancelarias se han convertido en moneda corriente. La medida estadounidense, aunque favorable para Chile, también refleja la importancia de mantener una diplomacia activa y una estrategia comercial diversificada para enfrentar las incertidumbres del mercado internacional.
En definitiva, la eliminación del arancel recíproco por parte de Estados Unidos es un respiro para la economía chilena, pero también un recordatorio de la fragilidad que aún persiste en las relaciones comerciales bilaterales y la necesidad de fortalecer mecanismos que aseguren estabilidad y previsibilidad a largo plazo.