Ucrania intensifica ataques con drones y misiles para desestabilizar a Rusia: un conflicto que trasciende el frente de batalla

Ucrania intensifica ataques con drones y misiles para desestabilizar a Rusia: un conflicto que trasciende el frente de batalla
Internacional
Conflictos
2025-11-21
Fuentes
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- Ataques masivos con drones y misiles alcanzan ciudades y refinerías rusas.

- Impactos visibles en la economía y la vida civil rusa, con cancelaciones aéreas y escasez de combustible.

- Divergencias en la interpretación del conflicto, desde la estrategia militar ucraniana hasta la resiliencia rusa.

En la noche del 13 al 14 de noviembre de 2025, Ucrania lanzó un ataque masivo contra Kiev con cerca de 430 drones y 18 misiles, incluyendo balísticos y aerobalísticos. Este episodio no es un hecho aislado, sino la culminación de una campaña sostenida que ha llevado la guerra más allá de las líneas del frente, golpeando profundamente la infraestructura y la cotidianidad en territorio ruso.

El presidente ucraniano Volodimir Zelenski denunció el ataque como un acto "atroz" contra su pueblo y edificios residenciales, reportando cuatro muertos y decenas de heridos, entre ellos niños y una mujer embarazada. En paralelo, ciudades como Járkov y Odesa también sufrieron impactos, mientras que en Rusia la respuesta se traduce en una escalada en la defensa aérea y el cierre temporal de espacios aéreos civiles.

Esta ofensiva se inserta en una estrategia más amplia que ha ido ganando intensidad desde mediados de 2025. Según análisis de medios internacionales y expertos en defensa, Ucrania ha multiplicado sus ataques con drones contra refinerías petroleras rusas, infraestructura ferroviaria y aeropuertos, buscando no solo un efecto militar sino también socavar la economía y el ánimo civil ruso.

Por ejemplo, en agosto y septiembre, al menos 21 de las 38 grandes refinerías rusas fueron blanco de ataques, lo que provocó escasez de combustible y alzas significativas en los precios dentro de Rusia. En regiones como Siberia y Crimea ocupada, estaciones de servicio han cerrado o racionado el suministro, generando comparaciones con crisis económicas del pasado.

Desde Moscú, el Kremlin ha intentado minimizar el impacto, asegurando que la situación está controlada y que las medidas adoptadas, como la prohibición parcial de exportaciones de gasolina, son suficientes para estabilizar el mercado interno. Sin embargo, voces opositoras y expertos en energía advierten que la presión ucraniana está erosionando la capacidad logística y financiera del gobierno ruso para sostener la guerra.

La población rusa, por su parte, experimenta un choque creciente entre la narrativa oficial y la realidad palpable: cientos de vuelos cancelados en aeropuertos clave durante el verano 2025, cortes en el suministro eléctrico que paralizaron trenes, y el temor creciente por la cercanía del conflicto a zonas urbanas.

En este escenario, la táctica ucraniana de usar drones para cerrar espacios aéreos y atacar puntos neurálgicos ha sido descrita como "sin precedentes" por analistas independientes. El objetivo declarado por Kyiv es claro: hacer sentir la guerra en territorio ruso para presionar a Vladimir Putin a negociar, una estrategia que Zelenski ha reiterado desde el inicio del conflicto.

Pero no todos en Rusia perciben esta realidad de la misma forma. En regiones alejadas del frente, la vida cotidiana sigue casi intacta, y algunos ciudadanos desconocen o minimizan los efectos de los ataques. Esta disparidad alimenta tensiones internas y cuestionamientos sobre la efectividad y el costo de la prolongación del conflicto.

Por otro lado, la comunidad internacional observa con preocupación y atención cómo esta guerra tecnológica y económica se desarrolla, con implicancias que van más allá de Ucrania y Rusia. La creciente sofisticación en el uso de drones y misiles plantea nuevos desafíos para la seguridad global y la protección de infraestructuras críticas.

En definitiva, este ciclo de ataques y contraataques ha dejado en evidencia que la guerra en Ucrania ya no es solo una confrontación en el terreno, sino un complejo choque de estrategias que involucra la economía, la sociedad y la percepción pública de ambos países.

Como conclusión, es posible constatar que:
- El uso intensivo de drones y misiles por parte de Ucrania ha provocado impactos tangibles en la infraestructura rusa y en la vida civil, evidenciando un cambio en la naturaleza del conflicto.
- Las respuestas del Kremlin buscan contener el daño, pero no logran mitigar completamente las consecuencias económicas y sociales.
- La guerra ha trascendido el frente, instalándose en la cotidianidad y en la mente de los ciudadanos rusos y ucranianos, con efectos que probablemente marcarán la región durante años.

Este escenario invita a una reflexión profunda sobre las nuevas formas de conflicto bélico y sus repercusiones en la estabilidad política y social de los países involucrados.

Fuentes consultadas: BBC News Mundo, La Tercera, EL PAÍS, análisis de expertos en defensa y energía.