
Un legado que pesa y una apuesta política en marcha. El 30 de julio de 2025, Jeannette Jara anunció a Luis Eduardo Escobar como su primer fichaje económico para su comando presidencial, un movimiento que ha generado múltiples reacciones y que, a cuatro meses de distancia, permite analizar su impacto y las tensiones que ha desatado.
Escobar, hijo de un exministro de Hacienda que ejerció en gobiernos tan disímiles como los de Jorge Alessandri y Augusto Pinochet, trae consigo una extensa hoja de vida. Con formación en la Universidad de Chile y una maestría en Economía de la Universidad de Maryland, su carrera se desarrolló en organismos internacionales como el FMI y en altos cargos del Estado chileno durante la Concertación. Además, su experiencia incluye la presidencia de la Empresa Portuaria de Valparaíso desde 2023 y asesorías en infraestructura y macroeconomía.
Este perfil técnico y de largo recorrido ha sido interpretado desde distintos ángulos. En el oficialismo, 'Escobar aporta la credibilidad que necesitábamos para enfrentar las dudas sobre nuestras propuestas económicas', señala un cercano a Jara. Sin embargo, sectores críticos dentro de la coalición advierten que 'su enfoque tradicional podría chocar con las expectativas de transformación social y fiscal que la campaña promete'.
Desde la oposición, la llegada de Escobar ha sido vista con suspicacia. Para algunos, 'es un símbolo de la continuidad de las élites económicas que han gobernado Chile, lo que podría limitar el giro que muchos ciudadanos demandan'. Otros, en cambio, reconocen que su experiencia internacional puede ser un aporte para estabilizar la economía en un contexto global incierto.
El programa económico de Jara, que incluye un impuesto a los súper ricos, un salario vital de $750 mil y un foco en el crecimiento interno, ha sido objeto de debate público y técnico. Escobar y su equipo, compuesto por economistas de diversas sensibilidades políticas, enfrentan el desafío de equilibrar la viabilidad técnica con las aspiraciones sociales y políticas del oficialismo.
En regiones, especialmente en Valparaíso, la presidencia de Escobar en la Empresa Portuaria ha generado expectativas sobre el impulso a la infraestructura y el desarrollo local, aunque también críticas por la percepción de que la gestión pública sigue vinculada a redes tradicionales.
A casi cuatro meses del anuncio, la figura de Luis Eduardo Escobar representa un cruce de caminos entre la experiencia y la renovación, entre la técnica y la política. Su rol en la campaña de Jara no solo ha puesto en tensión las narrativas sobre el rumbo económico del país, sino que también ha evidenciado la complejidad de construir un proyecto que responda a demandas sociales sin perder el respaldo de los mercados y organismos internacionales.
En definitiva, la incorporación de Escobar abre una ventana para observar cómo las trayectorias personales y políticas se entrelazan en la arena electoral, y cómo las expectativas de cambio chocan con los legados que persisten. La historia de este fichaje económico es, en sí misma, un reflejo de la encrucijada que enfrenta Chile en su búsqueda de un nuevo modelo de desarrollo.
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Fuentes: Diario Financiero (30/07/2025); análisis de expertos en economía política; entrevistas con actores del oficialismo y la oposición.