El nuevo mapa del rating televisivo chileno: ¿quién manda tras la revolución digital?

El nuevo mapa del rating televisivo chileno: ¿quién manda tras la revolución digital?
Actualidad
Sociedad
2025-11-21
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- Transformación profunda en la medición de audiencias con nueva metodología.

- Cambio de poder entre canales tradicionales y plataformas digitales.

- Impacto social y económico en la industria audiovisual nacional.

Un giro inesperado en la batalla por la audiencia televisiva chilena se ha consolidado tras la implementación de la nueva metodología de medición de rating, que combina datos de televisión abierta, cable, plataformas digitales y dispositivos móviles. Desde el martes 29 de julio de 2025, Kantar Ibope Media comenzó a entregar cifras absolutas en lugar de porcentajes, abarcando un universo de 16,6 millones de personas en las 16 regiones del país. Este cambio no solo redefine quién domina la pantalla, sino que también reconfigura las estrategias de los canales tradicionales y la percepción del público sobre sus hábitos de consumo audiovisual.

La batalla por la audiencia: entre gigantes y nuevas fuerzas

Los históricos canales nacionales —Chilevisión, Mega, Canal 13 y TVN— han tenido que adaptarse a un escenario donde el consumo de contenido en YouTube y otras plataformas digitales supera por primera vez al visionado en celulares y computadores. Este fenómeno ha fracturado la hegemonía tradicional, obligando a los medios a repensar su oferta y formatos.

Ignacio Mirchak, Country Leader de Kantar Ibope Media, enfatizó que "la forma en que consumimos contenido cambió radicalmente con la digitalización y la medición de audiencia también debía evolucionar". Esta evolución permite ahora conocer el alcance real de cada contenido, optimizar la inversión publicitaria y mejorar la toma de decisiones estratégicas.

Perspectivas encontradas: ¿avance o amenaza?

Desde la perspectiva de la industria, este cambio es una oportunidad para profesionalizar y transparentar el mercado. Productores y anunciantes valoran la precisión y la inclusión de múltiples plataformas, que reflejan mejor los hábitos de un público fragmentado y exigente.

Sin embargo, sectores críticos advierten que esta medición puede profundizar la concentración de audiencias en contenidos masivos y comerciales, dejando de lado producciones culturales o regionales menos visibles. Una académica de comunicación de la Universidad de Chile señaló que "la nueva metodología puede invisibilizar narrativas locales y reforzar la centralización cultural".

Además, usuarios de regiones fuera del Gran Santiago muestran escepticismo sobre si sus preferencias serán realmente consideradas en esta medición nacional, evidenciando tensiones históricas entre el centro y la periferia.

Consecuencias visibles y desafíos futuros

Los datos revelan una audiencia que consume más video en pantallas grandes, con un auge de YouTube en televisores, desplazando a celulares y computadores. Este cambio obliga a la industria a innovar en formatos y contenidos, y a las marcas a replantear sus estrategias publicitarias.

Por otro lado, la transición a cifras absolutas permite un análisis más claro del impacto real de cada programa, pero también exige una mayor responsabilidad en la interpretación y uso de estos datos para evitar simplificaciones o manipulaciones.

Finalmente, esta transformación plantea un desafío cultural: cómo equilibrar la diversidad de voces y contenidos en un mercado cada vez más digitalizado y competitivo, sin sacrificar la riqueza regional ni la pluralidad de perspectivas.

En conclusión

La revolución en la medición del rating televisivo chileno es más que un cambio técnico; es un reflejo de la complejidad social y cultural del país en la era digital. El nuevo sistema abre ventanas para entender mejor a la audiencia, pero también expone tensiones entre centralización y diversidad, industria y ciudadanía, tradición y modernidad. Comprender estas dinámicas es clave para imaginar un futuro audiovisual que no solo informe y entretenga, sino que también represente con justicia la multiplicidad de Chile.