Estados Unidos extiende refugio a ucranianos: un giro en la política migratoria de Trump

Estados Unidos extiende refugio a ucranianos: un giro en la política migratoria de Trump
Internacional
América Latina
2025-11-21
Fuentes
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- Cambio inesperado en la política migratoria de Trump hacia refugiados ucranianos.

- Contraste con la expulsión de haitianos, venezolanos y hondureños.

- Impacto político y social en la comunidad migrante y en la opinión pública estadounidense.

Un giro en la política migratoria estadounidense ha tomado forma en medio de la guerra en Ucrania. El 30 de julio de 2025, el expresidente Donald Trump anunció que permitirá a los refugiados ucranianos permanecer en Estados Unidos hasta que termine el conflicto bélico en su país. Esta decisión, que contrasta con sus medidas anteriores para restringir la permanencia de migrantes de otras nacionalidades, ha generado un debate intenso sobre las motivaciones y consecuencias de esta diferenciación.

Desde su regreso a la Casa Blanca en enero de 2025, Trump ha endurecido la política migratoria, cancelando el Estatus de Protección Temporal (TPS) para alrededor de medio millón de haitianos, 600.000 venezolanos y miles de hondureños. Estas medidas provocaron críticas severas de organizaciones defensoras de derechos humanos que denunciaron un trato discriminatorio y falta de coherencia en la aplicación de políticas migratorias.

"Tenemos mucha gente viniendo de Ucrania y estamos trabajando con ellos", declaró Trump durante una rueda de prensa, apuntando a que la permanencia de los ucranianos sería temporal y condicionada al fin de la guerra. Esta postura ha sido vista por algunos analistas como un intento de mejorar la imagen internacional del gobierno estadounidense, mientras que otros interpretan que responde a presiones políticas internas y a la visibilidad global del conflicto ruso-ucraniano.

La comunidad migrante y organizaciones civiles han recibido con sentimientos encontrados esta decisión. Por un lado, activistas ucranianos celebran la medida como un reconocimiento humanitario necesario, pero por otro, sectores de migrantes latinoamericanos expresan frustración por la exclusión y el endurecimiento de las políticas hacia sus nacionalidades.

En términos políticos, la medida ha abierto una línea de fractura en el debate migratorio estadounidense. Mientras sectores conservadores la defienden como una excepción justificada ante un conflicto internacional, voces progresistas critican la inconsistencia y el doble estándar que perpetúa desigualdades y tensiones sociales.

En el plano regional, esta decisión también repercute en América Latina, donde la migración hacia Estados Unidos es un fenómeno de larga data. Expertos señalan que el trato diferenciado puede generar un efecto de desplazamiento y aumentar la presión migratoria irregular, además de afectar las relaciones diplomáticas con países afectados por la cancelación del TPS.

Finalmente, la medida revela una verdad incómoda: la política migratoria estadounidense sigue siendo un terreno donde confluyen intereses geopolíticos, humanitarios y electorales, con consecuencias directas para millones de personas que buscan refugio y estabilidad. El caso de los refugiados ucranianos pone en evidencia las tensiones entre la retórica de seguridad nacional y las demandas de justicia social y derechos humanos.

La pregunta que queda en el aire es cómo se reconciliarán estas tensiones en un futuro cercano y qué precedentes sentará esta política para otros grupos migrantes. Mientras tanto, la tragedia de la guerra continúa siendo el telón de fondo que determina destinos y decisiones en un escenario global cada vez más complejo.