
En un episodio que ha dejado al descubierto la creciente tensión entre el poder político y la autonomía de la Reserva Federal (Fed), el presidente estadounidense Donald Trump protagonizó una visita poco común a la sede del banco central, donde no solo cuestionó la gestión presupuestaria de una remodelación histórica, sino que también reiteró su presión para que se reduzcan las tasas de interés.El 24 de julio de 2025, Trump recorrió las obras acompañado por Jerome Powell, presidente de la Fed, y un grupo de sus principales críticos, en un intercambio público marcado por la ironía y la confrontación.
El proyecto de remodelación, que abarca el edificio Marriner S. Eccles y otro inmueble histórico en Washington, ha visto crecer su presupuesto desde US$1.900 millones a más de US$2.500 millones, cifra que ha encendido las alarmas en sectores políticos y ha sido utilizada por Trump para cuestionar la gestión de Powell.El mandatario incluso sostuvo que, en su experiencia, un gerente que excediera un presupuesto similar sería despedido.
Por su parte, Powell negó las cifras presentadas por Trump y defendió la necesidad de los altos costos, explicando que incluyen estrictos requerimientos de seguridad, como ventanas resistentes a explosiones, y la complejidad de intervenir edificios históricos mientras mantienen operativa la institución. Además, ante la presión, solicitó una revisión independiente del proyecto por parte del inspector general de la Fed.
Este episodio no es un mero desacuerdo administrativo: simboliza un desafío directo a la independencia que la Fed ha mantenido históricamente frente al Ejecutivo. Trump, en su segundo mandato, ha intensificado su campaña para que la Fed baje las tasas de interés, alegando que la política monetaria restrictiva afecta la economía y su agenda política.Durante la visita, evitó detallar conversaciones específicas sobre las tasas, amparándose en el período de silencio previo a la reunión del banco central.
Las voces dentro del Partido Republicano reflejan la división que genera esta postura. Figuras como el senador Tim Scott han calificado el proyecto de remodelación como "demasiado costoso", alineándose con la crítica presidencial, mientras otros sectores advierten sobre los riesgos de politizar un organismo que debe mantener su autonomía para preservar la estabilidad económica.
En el contrapunto, la Fed ha defendido sus decisiones con argumentos técnicos y ha señalado que los reportes sobre la obra contienen inexactitudes, enfatizando que la complejidad del proyecto y las medidas de seguridad justifican los costos adicionales.
Este choque se desarrolla en un contexto donde la Fed enfrenta el reto de controlar la inflación sin sofocar el crecimiento, una tarea que se complica cuando la presión política se hace pública y constante.
Conclusiones y consecuencias:
- La visita de Trump a la Fed y su cuestionamiento abierto a Powell representan un quiebre en las normas no escritas que garantizan la independencia del banco central en Estados Unidos.
- La disputa sobre el presupuesto de la remodelación pone en evidencia la dificultad de equilibrar la transparencia pública con la complejidad técnica y las exigencias de seguridad en proyectos de alta envergadura.
- La presión política sobre la política monetaria puede afectar la confianza de los mercados y la credibilidad de la Fed, con posibles repercusiones en la economía global.
- Este episodio invita a reflexionar sobre los límites del poder ejecutivo y la importancia de resguardar instituciones clave para la estabilidad democrática y económica.
En definitiva, el coliseo político y económico estadounidense exhibe una batalla donde la tensión entre gestión, política y autonomía institucional se juega a plena luz, dejando a la ciudadanía y a los observadores internacionales expectantes ante las consecuencias futuras.