La Unión Europea ante la escalada de la guerra comercial con Estados Unidos: un pulso con consecuencias globales

La Unión Europea ante la escalada de la guerra comercial con Estados Unidos: un pulso con consecuencias globales
Economía
Macroeconomía
2025-11-21
Fuentes
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- Tensión creciente entre Bruselas y Washington por aranceles que podrían alcanzar hasta un 30%.

- Divisiones internas en Europa sobre cómo responder a las amenazas comerciales de EE.UU.

- Preparativos para un escenario de confrontación prolongada con impacto en sectores clave como la automoción y la farmacéutica.

En el último semestre, la relación comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos ha transitado de la incertidumbre a una tensión palpable que hoy, a más de tres meses del plazo inicial fijado para un acuerdo, se ha consolidado en un enfrentamiento abierto con repercusiones que ya empiezan a sentirse en la economía global.

El 1 de agosto de 2025 venció el plazo impuesto unilateralmente por la administración Trump para cerrar negociaciones que evitaran la imposición de aranceles adicionales entre ambas potencias. Lejos de un acuerdo, la Unión Europea ha visto cómo Washington ha puesto sobre la mesa tarifas que oscilan entre el 15% y el 30% para productos europeos, afectando particularmente a sectores estratégicos como la automoción, la farmacéutica y la tecnología.

Desde Bruselas, la respuesta no se ha hecho esperar. “La Unión Europea debe defender sus intereses con todas las herramientas legales a su disposición, incluyendo el mecanismo anti-coerción que puede extender sanciones más allá del comercio de bienes”, señalan fuentes diplomáticas europeas. Esta medida, inédita en su alcance, refleja la gravedad con que se percibe la amenaza estadounidense.

Sin embargo, la reacción europea no es monolítica. Alemania, tradicionalmente aliada de la búsqueda de acuerdos, ha endurecido su postura tras reportar pérdidas significativas en su sector automotriz, mientras Francia, con su presidente Emmanuel Macron a la cabeza, impulsa una línea más dura que busca proteger la soberanía económica europea frente a lo que califica como prácticas coercitivas de Washington.

Las negociaciones, marcadas por idas y venidas, se han caracterizado por la desconfianza y la falta de avances concretos, con la Comisión Europea intensificando preparativos para un escenario de confrontación prolongada. Esto incluye la elaboración de listas de productos estadounidenses sujetos a represalias, con un valor estimado de hasta 92 mil millones de euros.

Desde Estados Unidos, la administración insiste en que la estrategia busca proteger la industria nacional y corregir desequilibrios comerciales, pero la comunidad internacional observa con preocupación la escalada que podría desatar una guerra comercial de larga duración, con efectos no solo económicos sino también políticos y geoestratégicos.

En Chile, expertos en comercio exterior y economía alertan sobre el impacto indirecto que esta disputa puede tener en el país, dada su integración en cadenas globales de valor y su dependencia de mercados tanto europeos como estadounidenses. “La volatilidad y el aumento de costos en sectores clave podrían ralentizar la recuperación económica post-pandemia y complicar las negociaciones comerciales bilaterales”, advierte un académico de la Universidad de Chile.

Este pulso comercial, lejos de resolverse, ha puesto en evidencia las tensiones estructurales de un orden global en transformación, donde las reglas del juego se reescriben a golpe de amenazas y sanciones. La Unión Europea, por un lado, se enfrenta al desafío de mantener su cohesión interna y su peso en la economía mundial; Estados Unidos, por otro, a la presión de su agenda proteccionista en un contexto de competencia global creciente.

La lección que deja este episodio es clara: la interdependencia económica no garantiza la armonía política ni la estabilidad comercial. Más bien, expone las vulnerabilidades y los intereses contrapuestos que emergen cuando la geopolítica y la economía se entrecruzan.

En definitiva, el futuro de esta guerra comercial dependerá de la capacidad de ambos bloques para superar la lógica del pulso y encontrar un terreno común, aunque la historia reciente sugiere que la batalla apenas comienza. Mientras tanto, las consecuencias ya son palpables y los actores globales observan atentos este duelo que redefine las reglas del comercio internacional.