División en la Democracia Cristiana: Expresidentes rechazan candidatura de Jeannette Jara y fracturan unidad del Socialismo Democrático

División en la Democracia Cristiana: Expresidentes rechazan candidatura de Jeannette Jara y fracturan unidad del Socialismo Democrático
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Partidos políticos
2025-11-21
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Conflicto interno en la DC, ruptura entre generaciones políticas y tensión en el bloque del Socialismo Democrático marcan esta disputa que redefine alianzas y estrategias electorales.

En un escenario donde la política chilena busca recomponerse tras años de polarización, la Democracia Cristiana (DC) enfrenta una de sus crisis más visibles en la última década. El 19 de julio de 2025, un grupo de expresidentes históricos de la DC emitió una declaración pública en la que cierran filas contra la candidatura presidencial de Jeannette Jara, militante del Partido Comunista y exministra del Trabajo del gobierno Boric. Esta acción, que se produjo a pocos días de la junta nacional del partido, ha evidenciado una fractura profunda entre las viejas guardias democratacristianas y los sectores que buscan una alianza más estrecha con el Socialismo Democrático.

Orígenes y evolución del conflicto

El desencuentro se origina en la decisión del actual presidente de la DC, Alberto Undurraga, quien ha expresado reiteradamente su rechazo a respaldar la candidatura de Jara. Los expresidentes Juan Carlos Latorre, Andrés Zaldívar, Carmen Frei, Ricardo Hormazábal, Jorge Pizarro y Carolina Goic firmaron una declaración conjunta que respalda esta postura, argumentando que la candidatura de Jara no se ajusta a la doctrina ni a la historia política de la DC. La declaración sostiene que la DC debe mantener su identidad y distanciarse de candidaturas que consideran continuistas del actual gobierno o que representan "injustos privilegios y desigualdades aún existentes".

Perspectivas enfrentadas

Desde la mirada de los expresidentes, la DC debe preservar su autonomía y evitar diluirse en un bloque oficialista que, a su juicio, no refleja sus principios ni la voluntad mayoritaria de sus militantes. "Sus opiniones se ajustan a nuestra doctrina, a nuestra historia política y es coherente con nuestra decisión de no participar en las primarias oficialistas", afirmó uno de los firmantes, en diálogo con La Tercera.

Por otro lado, sectores más jóvenes y pragmáticos dentro de la DC y el Socialismo Democrático defienden la necesidad de construir alianzas amplias para enfrentar la fragmentación política y la emergencia de fuerzas extremas. Para ellos, la candidatura de Jara representa una oportunidad para renovar la izquierda y consolidar un proyecto común que pueda gobernar con estabilidad.

Impacto regional y social

Este conflicto no es solo interno ni abstracto; tiene repercusiones directas en regiones donde la DC ha sido históricamente fuerte. En zonas como el Biobío y La Araucanía, la división ha generado incertidumbre entre los electores democratacristianos, que se encuentran ante la disyuntiva de apoyar a una candidata comunista o mantener la tradición centrista del partido.

Además, voces ciudadanas han expresado preocupación por la fractura, temiendo que esta debilidad interna favorezca a fuerzas políticas que podrían desestabilizar la gobernabilidad democrática. "Necesitamos unidad para avanzar en las reformas sociales que el país requiere, pero no a costa de perder nuestra identidad", comentó un dirigente social del sur del país.

Consecuencias y lecciones

A casi cuatro meses desde la declaración conjunta, la DC se encuentra en un punto de inflexión. La junta nacional del 26 de julio ratificó la postura de Undurraga, consolidando la división y alejando a la DC de la candidatura de Jeannette Jara. Este episodio ha evidenciado la dificultad de los partidos tradicionales para adaptarse a un escenario político fragmentado y polarizado.

Una verdad incuestionable es que la DC, con su historia y doctrina, enfrenta la prueba de redefinir su rol en un Chile que demanda cambios profundos pero que también exige coherencia y unidad. La fractura actual no solo refleja diferencias políticas, sino un choque generacional y de visión sobre el futuro del país.

El desafío para la DC y el Socialismo Democrático será encontrar un equilibrio entre renovación y tradición, entre alianzas estratégicas y principios fundacionales. Mientras tanto, el electorado observa con atención, consciente de que estas disputas internas moldearán el rumbo político del país en los próximos años.