
Un año después de su regreso a la Casa Blanca, Donald Trump enfrenta una inédita rebelión dentro de su propio movimiento político, el MAGA (Make America Great Again), que pone en jaque la unidad que alguna vez fue su mayor fortaleza.
Desde mediados de 2025, múltiples frentes de conflicto han emergido entre las filas más leales al expresidente y la administración que él lidera, evidenciando una fractura que amenaza con redefinir el futuro político republicano.
El núcleo duro del movimiento MAGA, que hasta hace poco se mantenía cohesionado alrededor del lema "Estados Unidos primero", se ha visto sacudido por decisiones y gestos que muchos consideran una desviación de esa promesa fundacional. La apertura a la admisión de estudiantes extranjeros, especialmente chinos, y la intensificación de la política exterior, incluyendo ataques en Oriente Medio y operaciones militares en el Caribe y Pacífico, han sido interpretadas por voces como la activista Laura Loomer y el ideólogo Steve Bannon como un abandono de la agenda nacionalista y soberanista.
"No era este el candidato que prometió no involucrar a Estados Unidos en más aventuras bélicas", cuestionan desde el ala más dura del movimiento.
El resurgimiento del escándalo Epstein ha añadido más leña al fuego. La negativa del Departamento de Justicia a publicar los documentos relacionados con el millonario pederasta, amigo de Trump en el pasado, ha provocado indignación en sectores MAGA que exigen claridad y justicia. La iniciativa bipartidista en la Cámara de Representantes para hacer públicos esos archivos ha recibido un insólito apoyo de republicanos del ala dura, señal de la desafección creciente hacia el liderazgo actual.
Una de las expresiones más visibles de esta fractura es la ruptura entre Trump y la congresista Marjorie Taylor Greene, otrora su más ferviente defensora. Greene ha pasado de ser la voz estridente del trumpismo en el Capitolio a una crítica abierta de las políticas de la Administración, incluyendo la gestión de los papeles de Epstein y el gasto en subsidios y campañas militares.
"No solo soy Estados Unidos primero, soy Estados Unidos solo", escribió Greene, enfatizando su distanciamiento.
Trump, por su parte, ha respondido con un ataque frontal, retirándole su apoyo para las próximas elecciones y calificándola de "pirada". Este enfrentamiento simboliza la lucha por el control interno del movimiento y el futuro de su identidad política.
Más allá de la disputa interna, el movimiento MAGA enfrenta tensiones en torno a la tolerancia hacia el extremismo, especialmente antisemitismo, y la relación con figuras polémicas como el neonazi Nick Fuentes. La polémica entrevista de Tucker Carlson a Fuentes y el respaldo de líderes conservadores a Carlson han generado una crisis en instituciones clave como la Heritage Foundation, reflejando la dificultad de contener las disputas ideológicas dentro de la derecha estadounidense.
Las derrotas recientes en elecciones estatales en Nueva York, Virginia y Nueva Jersey, junto con la postura escéptica del Tribunal Supremo sobre la constitucionalidad de los aranceles impuestos por Trump, evidencian el desgaste político de su proyecto. La elección de noviembre de 2026 se perfila como un momento decisivo: la posible pérdida del control de una o ambas cámaras del Congreso podría convertir a Trump en un "pato cojo", un presidente sin poder real y con un legado en declive.
Sin embargo, los veteranos de Washington advierten que subestimar a Trump sería un error. La criatura MAGA, aunque rebelde, aún no ha abandonado el laboratorio que la vio nacer.
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Verdades y conclusiones:
- El movimiento MAGA ya no es un bloque monolítico; la diversidad y el conflicto interno son ahora su sello distintivo.
- La lucha por el alma del trumpismo refleja tensiones más amplias en la política estadounidense, entre nacionalismo, populismo y extremismos diversos.
- Las próximas elecciones serán un termómetro clave para medir si Trump mantiene influencia o si la rebelión interna marca el inicio del fin de su hegemonía política.
Fuentes consultadas incluyen reportes de EL PAÍS, declaraciones en CNN, análisis de The Spectator y documentos oficiales del Congreso de Estados Unidos.