
El 21 de julio de 2025, un procedimiento policial en el sector Bajos de Mena, Puente Alto, terminó con la muerte de un hombre de aproximadamente 30 años. Carabineros acudió a un domicilio tras una denuncia de violencia intrafamiliar, donde el sujeto amenazaba a su familia con un arma blanca. La intervención se tornó fatal cuando, según la versión oficial, el hombre se abalanzó contra un uniformado, quien respondió con un disparo que provocó su muerte.
Desde entonces, el caso ha generado un intenso debate que refleja las profundas tensiones en torno al uso de la fuerza por parte de las policías en Chile.
### Perspectivas enfrentadas
Desde el Gobierno y las autoridades policiales, la defensa del actuar de Carabineros ha sido categórica. “Los efectivos actuaron conforme a los protocolos vigentes, en defensa propia y para proteger a terceros,” afirmó un alto mando policial. Además, se destacó la transparencia al entregar las grabaciones de las cámaras corporales como evidencia, lo que, según esta perspectiva, aporta claridad y legitimidad al procedimiento.
Por otro lado, organizaciones de derechos humanos y sectores sociales han cuestionado la necesidad y proporcionalidad del uso de armas letales en contextos de violencia intrafamiliar, un ámbito que requiere, según ellos, abordajes más especializados y menos letales. “Este hecho desnuda la falta de políticas integrales que aborden la violencia en el hogar sin recurrir a la escalada de violencia estatal,” señaló una representante de una ONG local.
La comunidad de Bajos de Mena, caracterizada por su vulnerabilidad social, ha expresado un sentimiento ambivalente: por un lado, la necesidad de seguridad y orden; por otro, el temor y desconfianza hacia las fuerzas policiales. Algunos vecinos relatan que la violencia intrafamiliar es un problema cotidiano y que la intervención policial, aunque necesaria, deja heridas profundas.
### Contexto y consecuencias
Este episodio no es aislado. En los últimos años, Chile ha enfrentado crecientes cuestionamientos sobre el rol y las prácticas de Carabineros, especialmente en situaciones que involucran a personas en crisis o con problemas de salud mental. La falta de protocolos que prioricen la desescalada y la intervención multidisciplinaria ha sido señalada como una de las principales deficiencias.
Además, la fatídica intervención en Puente Alto ha impulsado un llamado a revisar y reformar los procedimientos de actuación en casos de violencia intrafamiliar, donde la presencia policial debe equilibrar protección, respeto a los derechos humanos y minimización de daños.
### Constataciones finales
En base a los hechos y las diversas voces, se puede concluir que este episodio expone una tensión estructural entre la necesidad de mantener el orden público y la urgencia de proteger derechos fundamentales en contextos complejos. La entrega de evidencia audiovisual ha aportado transparencia, pero no ha disipado las dudas sobre la preparación y protocolos policiales para enfrentar situaciones de violencia doméstica.
La tragedia en Puente Alto es un recordatorio doloroso de que, sin una estrategia integral y multidisciplinaria, la intervención estatal puede terminar en tragedia, profundizando la desconfianza social y dejando heridas que trascienden el hecho puntual. La discusión sobre cómo evitar futuros desenlaces fatales está abierta, con la urgencia de escuchar todas las voces y construir respuestas que vayan más allá de la reacción inmediata.