
Un choque diplomático que trasciende la retórica. El pasado 21 de noviembre de 2025, el embajador de Estados Unidos en Chile, Brandon Judd, protagonizó una intervención pública que ha marcado un punto de inflexión en las relaciones bilaterales. En su primera aparición ante la prensa desde su llegada, Judd no solo defendió la postura de Washington, sino que apuntó directamente al Presidente Gabriel Boric, acusándolo de dañar las negociaciones comerciales y afectar al pueblo chileno con sus críticas hacia Donald Trump.
La acusación central: un daño tangible a Chile. Judd sostuvo que las declaraciones de Boric, particularmente aquellas que cuestionan al exmandatario estadounidense, no solo son una cuestión de retórica, sino que tienen consecuencias concretas: 'Lo que él dice está dañando a los chilenos. Los daña en todas las negociaciones que están actualmente en marcha'. Esta afirmación cobra especial relevancia en el contexto de la negociación del acuerdo arancelario entre ambos países, que, según el embajador, se ve entorpecida por la tensión política.
Un trasfondo político y diplomático complejo. El embajador Judd, cercano a Trump y con una historia personal ligada a Chile, no ocultó su decepción por el tono de Boric. En palabras suyas, 'Siempre es decepcionante cuando un presidente critica a otro país, especialmente cuando Estados Unidos es líder mundial en temas ambientales'. Esta crítica pública se suma a la demora en la presentación formal de sus credenciales ante Boric, situación que Judd interpretó como un síntoma del deterioro de las relaciones.
Diversas perspectivas en juego. Desde el Gobierno chileno, el ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren, expresó que las declaraciones del embajador son 'inapropiadas y desafortunadas', y que representan una intervención en asuntos internos. Sin embargo, también aseguró que las relaciones se mantienen normales y que se espera avanzar en colaboración. Por otro lado, sectores políticos y sociales en Chile observan esta tensión con preocupación, entendiendo que podría afectar la estabilidad y prosperidad económica del país.
El escenario electoral y su influencia. La llegada de Judd coincide con un momento político sensible en Chile: la segunda vuelta presidencial a realizarse en diciembre. El embajador no ocultó su preferencia implícita por un eventual Gobierno de José Antonio Kast, al señalar que sería más fácil trabajar con administraciones ideológicamente alineadas con Washington, aunque enfatizó que colaborará con cualquier gobierno elegido por el pueblo chileno.
Conclusiones y consecuencias visibles. Este episodio pone en evidencia la fragilidad de la relación bilateral en una etapa crucial para Chile, marcada por negociaciones comerciales y desafíos internos. La exposición pública de desacuerdos y la mezcla de política interna con diplomacia internacional configuran un escenario donde las tensiones pueden traducirse en costos económicos y políticos para Chile.
La verdad que emerge tras este choque es que la relación Chile-Estados Unidos, aunque histórica y estratégica, no está exenta de fricciones profundas que se manifiestan en momentos de cambio político. El daño a las negociaciones no es solo una cuestión retórica sino un riesgo tangible para el desarrollo económico y la estabilidad política chilena. En este contexto, la habilidad para separar la política doméstica del juego diplomático será clave para que Chile pueda navegar este período con resultados favorables.
Fuentes: Diario Financiero, Cooperativa.cl, Emol, La Tercera, declaraciones oficiales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile.
2025-11-07
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