
Un pulso global entre riesgo y refugio
A comienzos de septiembre de 2025, los futuros de Wall Street registraron una caída significativa. La razón no fue un evento aislado, sino la confluencia de múltiples factores que pusieron en jaque la confianza de los inversionistas. En el Reino Unido, la crisis fiscal alcanzó niveles inéditos desde fines de los 90, con tasas de bonos a 30 años que treparon a 5,69%, un nivel no visto desde 1998. 'Los cambios de gabinete no lograron restaurar la confianza, y la base política débil complica la elaboración del presupuesto 2026,' explicó un analista del mercado londinense.
Simultáneamente, en Francia, la situación política se tornó insostenible. El primer ministro François Bayrou no consiguió el respaldo necesario para su plan de reformas, especialmente en materia previsional, lo que llevó a una oposición decidida a forzar elecciones anticipadas. A seis días de una crucial votación de confianza, la incertidumbre política se tradujo en una presión creciente sobre los mercados.
Ante este escenario, los inversionistas buscaron refugio en activos considerados seguros. El oro subió un 0,86%, alcanzando un récord histórico de US$ 3.546 por onza, impulsado por la demanda de bancos centrales que buscan diversificar sus reservas y protegerse frente a la volatilidad. Paralelamente, el dólar estadounidense vivió un fuerte repunte, no tanto por una apuesta directa hacia activos americanos, sino como consecuencia de la caída pronunciada de la libra esterlina y el euro.
Perspectivas enfrentadas: entre la política y la economía
Desde una óptica política, el deterioro en Reino Unido y Francia refleja la fragilidad de gobiernos que enfrentan demandas sociales y fiscales crecientes, en un contexto de inflación persistente y desaceleración económica. La imposibilidad de diseñar políticas fiscales sólidas ha generado una crisis de confianza que trasciende las fronteras europeas.
En contraste, desde el ámbito económico, la Reserva Federal de Estados Unidos se posiciona como un actor clave. Aunque algunos indicadores muestran señales de expansión económica, la Fed mantiene un sesgo cauteloso, sin descartar ajustes en su política monetaria. 'La Reserva Federal enfrenta una encrucijada entre contener la inflación y no frenar el crecimiento,' señaló un economista de la Universidad de Chicago.
El tablero geopolítico: una nueva configuración de bloques
En paralelo, la guerra en Ucrania escaló con una nueva ofensiva rusa, exacerbando la incertidumbre global. Más allá de este conflicto, emergió una alianza estratégica entre China, Rusia e India, consolidada en una cumbre en Tianjin, a la que se sumó Corea del Norte. La firma de un gasoducto entre China y Rusia, atravesando Siberia, simboliza un desafío directo a la influencia estadounidense y occidental.
Este reordenamiento geopolítico añade una capa adicional de complejidad a los mercados, que ya lidian con riesgos fiscales y políticos internos.
Conclusiones y consecuencias a mediano plazo
La combinación de crisis fiscales en Europa, tensiones geopolíticas y la cautela monetaria estadounidense ha generado un entorno de alta volatilidad y riesgo. La reacción de los mercados, con la caída de Wall Street y el auge del oro y el dólar, evidencia un desplazamiento hacia activos refugio y una percepción de fragilidad en el sistema financiero global.
Para Chile y otras economías emergentes, este escenario implica desafíos en términos de exportaciones, inversión extranjera y estabilidad financiera. La necesidad de diversificar riesgos y fortalecer marcos fiscales se vuelve imperiosa.
Finalmente, la historia reciente confirma que los mercados no reaccionan solo a datos económicos, sino que son un reflejo de la compleja interacción entre política, geopolítica y economía. La comprensión profunda de estos vínculos es clave para anticipar y navegar en tiempos de incertidumbre.