Jeannette Jara confirma rol limitado de Michelle Bachelet en campaña: ¿Consejera o sombra política?

Jeannette Jara confirma rol limitado de Michelle Bachelet en campaña: ¿Consejera o sombra política?
Actualidad
Política
2025-11-21
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- Distancia entre figuras clave: Bachelet se mantiene como consejera, no como líder activa.

- Tensiones internas: PC y DC evidencian grietas y debates sobre alianzas.

- Campaña presidencial marcada por acusaciones y estrategias cruzadas.

Un escenario político en ebullición se despliega a meses de las elecciones presidenciales de noviembre, donde la figura de Michelle Bachelet, expresidenta y referente del socialismo chileno, ha quedado en una posición menos protagónica de lo que muchos esperaban. El 19 de julio, Jeannette Jara, candidata oficialista y militante del Partido Comunista (PC), confirmó que Bachelet "no va a jugar un rol activo en el comando". En cambio, su papel se circunscribe a ser una "consejera, compañera política y amiga", un rol que, aunque respetuoso, genera debate sobre la influencia real que ejercerá en la campaña.

Este distanciamiento no es un hecho aislado, sino que se inserta en un contexto donde la izquierda oficialista intenta encontrar un equilibrio entre la experiencia y la renovación. Jara, quien sostiene una relación cercana con la expresidenta, destacó la calidad humana y el respaldo político que Bachelet le ha brindado, pero dejó claro que la campaña debe avanzar con autonomía.

Las tensiones entre los contendores presidenciales se han intensificado en las últimas semanas. La acusación pública de Evelyn Matthei, candidata de Chile Vamos, contra adherentes del Partido Republicano por supuestamente orquestar una "campaña sucia" en su contra, fue respondida por José Antonio Kast, líder de Republicanos, negando tales prácticas. Jara no tardó en entrar al ruedo, cuestionando la ética política y desafiando a Kast a mostrar sus logros concretos, evidenciando un clima de confrontación que va más allá de las propuestas.

Este intercambio refleja un país polarizado, donde la campaña presidencial se ha convertido en un coliseo de reproches y estrategias cruzadas, más que en un debate programático profundo.

Por otro lado, el escenario de alianzas políticas se muestra incierto. La Democracia Cristiana (DC), partido con una historia importante en la política chilena y una base progresista en la actualidad, aún no define a quién apoyará en la presidencial. La decisión, que se espera para finales de julio, tiene en vilo a la centroizquierda.

Jara hizo un llamado a la DC a sumarse no solo por intereses electorales, sino por una historia compartida y proyectos comunes en lo social y laboral. Reconoció la diversidad interna, pero insistió en que el eje debe ser dar mejores oportunidades y calidad de vida a Chile.

Sin embargo, la campaña no está exenta de sombras. La revelación de una deuda en contribuciones impagas del Partido Comunista con el Servicio de Impuestos Internos, destapada por El Líbero, puso a Jara en una posición incómoda. La candidata se desligó del manejo legal y reconoció que se enteró por la prensa, dejando la sensación de una gestión interna poco transparente.

Desde una mirada política, este episodio puede afectar la confianza ciudadana en la coherencia y transparencia del PC, un actor clave en la coalición oficialista.

En síntesis, la campaña presidencial chilena se desarrolla con protagonistas que buscan equilibrar legados y renovaciones, en medio de un clima de confrontación y desconfianza. La figura de Bachelet, aunque respetada, se mantiene en un segundo plano, mientras Jara asume el desafío de representar un proyecto político que debe superar divisiones internas y críticas externas.

Las verdades que emergen son claras:

- El peso simbólico de Bachelet sigue siendo un patrimonio nacional, pero su rol político activo se ha reducido.

- La campaña se enfrenta a un desgaste por estrategias agresivas que distraen del debate programático.

- Las alianzas políticas tradicionales están en redefinición, con la DC como actor clave en la balanza.

- La transparencia y la gestión interna de los partidos serán un punto de escrutinio para la ciudadanía.

Este cuadro invita a una reflexión profunda sobre cómo se construye la política chilena en tiempos de cambio, y cómo los actores deben reconciliar sus legados con las demandas de una sociedad que exige claridad, compromiso y resultados concretos.

Fuentes: La Tercera, El Líbero.