Avanza la carrera presidencial: la sombra de Jeannette Jara y la fractura de la derecha

Avanza la carrera presidencial: la sombra de Jeannette Jara y la fractura de la derecha
Actualidad
Política
2025-11-21
Fuentes
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- Competitividad inesperada de Jeannette Jara en un escenario polarizado.

- Desunión crítica de la derecha que debilita su chances.

- Mercado inquieto pese a la aparente calma financiera.

En estos meses previos a la elección presidencial de 2025, el escenario político chileno se ha configurado como un auténtico coliseo donde las fuerzas se miden con intensidad y las tensiones se hacen visibles más allá de las urnas. Jeannette Jara, candidata oficialista y militante del Partido Comunista, ha escalado posiciones en las encuestas, situándose como una contendora competitiva para la segunda vuelta. Su propuesta económica, centrada en un crecimiento "hacia adentro", eliminación de las AFP y un aumento significativo del sueldo mínimo, ha generado tanto expectación como preocupación, especialmente en círculos empresariales y financieros.

La mirada empresarial y la inquietud del mercado

Fernando Massú, destacado empresario y presidente del Banco BTG Pactual, ha expresado públicamente su sorpresa ante la aparente complacencia del mercado ante la candidatura de Jara. En entrevista con Diario Financiero, Massú advirtió que la candidata representa un cambio radical en el modelo económico vigente, con riesgos palpables para la inversión, el empleo y la estabilidad macroeconómica. Aunque la bolsa chilena ha mostrado resiliencia y movimientos más ligados a factores externos que internos, la incertidumbre persiste y la inversión se mantiene cautelosa, reflejada en una caída significativa en la proporción de créditos bancarios respecto al PIB.

Massú señala que muchas demandas ciudadanas, que motivaron el estallido social y que persisten, podrían abordarse no con un mayor gasto fiscal, sino con una mejora en la eficiencia del Estado y un uso más racional de los recursos públicos. Sin embargo, la propuesta de Jara, en su visión, no contempla estos matices y apuesta por medidas que podrían aumentar el desempleo y la inflación, como el alza del salario mínimo sin considerar la productividad ni las capacidades de las pequeñas empresas.

La fractura de la derecha: una debilidad estratégica

Mientras Jara gana terreno, la derecha chilena se encuentra fragmentada. Cuatro candidaturas compiten en un sector que no logra consolidar un liderazgo claro ni una estrategia unificada. Esta dispersión, coinciden analistas y actores políticos, beneficia indirectamente a la candidata oficialista.

Massú critica la falta de unidad y llama a los candidatos de derecha a buscar puntos en común, dejando de lado diferencias personales o ideológicas. Destaca que la suma de sus apoyos supera el 50%, por lo que la división resulta incomprensible y costosa para la oposición. La ciudadanía, según él, demanda soluciones concretas y liderazgo efectivo, no disputas internas.

Voces ciudadanas y el pulso social

En las calles, la percepción es más compleja. Por un lado, sectores populares ven en las propuestas de Jara una esperanza ante la persistencia de problemas como el desempleo, la precariedad laboral y la desigualdad. El aumento del sueldo mínimo a $750.000 en cuatro años, así como la eliminación de las AFP, son medidas que resuenan con quienes sienten que el sistema actual no les ha entregado oportunidades reales.

Por otro lado, existe un temor palpable a que estas medidas, si no se implementan con cuidado, puedan generar efectos adversos en la economía y el empleo. El debate entre eficiencia y justicia social está en el centro de la discusión pública, sin soluciones fáciles ni consensos claros.

Balance y consecuencias: ¿qué se puede concluir?

La elección presidencial de 2025 no es sólo una contienda electoral, sino un reflejo de las tensiones estructurales que atraviesan Chile. La candidatura de Jeannette Jara pone en jaque el modelo económico y político que ha predominado en las últimas décadas, planteando un giro hacia un Estado más intervencionista y un modelo de desarrollo más cerrado. Al mismo tiempo, la fragmentación de la derecha evidencia la dificultad de construir una alternativa sólida y cohesiva que pueda disputar ese espacio.

El mercado, aunque no ha reaccionado con pánico, mantiene una cautela que podría traducirse en menor inversión y mayor incertidumbre en los próximos meses. La ciudadanía, atrapada entre expectativas y temores, enfrenta un dilema sobre qué rumbo desea para el país.

En definitiva, esta carrera presidencial es un desafío no solo para los protagonistas, sino también para el conjunto de la sociedad chilena, que deberá decidir si apuesta por la continuidad con ajustes, un cambio profundo o una recomposición política que supere las divisiones actuales. El coliseo está abierto y el desenlace está aún por escribirse.