Frente Amplio en su primer año: crisis de identidad y desafíos para una izquierda sin rumbo claro

Frente Amplio en su primer año: crisis de identidad y desafíos para una izquierda sin rumbo claro
Actualidad
Política
2025-11-21
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- Crisis de sentido político tras la fusión que dio origen al Frente Amplio.

- Desconexión social: pérdida de anclaje entre jóvenes y sectores populares.

- Organización interna fracturada, con tensiones que limitan su proyección futura.

El Frente Amplio (FA), que hace poco más de un año emergió como una promesa de renovación política en Chile, hoy enfrenta una crisis profunda que trasciende la derrota electoral y pone en cuestión su capacidad para consolidarse como proyecto de izquierda duradero. El 1 de julio de 2024, el Servel oficializó la fusión de Revolución Democrática y Convergencia Social, dando nacimiento al FA como partido único, una fuerza que capitalizó el malestar social post estallido de 2019 y prometió articular un Estado Social de Derecho para Chile. Sin embargo, la euforia inicial ha cedido paso a un desencanto palpable.

Durante el último año, el FA ha mostrado dificultades para definir un sujeto político claro y establecer una base social estable. Originado en las movilizaciones estudiantiles de 2011 y con un discurso que apelaba a la juventud y a la renovación, el partido no ha logrado traducir esas demandas en una presencia territorial ni en alianzas sólidas con el mundo popular. Su lenguaje, antes convocante, ha perdido resonancia incluso en su nicho original, evidenciando una desconexión entre sus dirigentes y las realidades cotidianas de la mayoría de los chilenos.

Desde una perspectiva política, sectores críticos dentro y fuera del FA señalan que este vacío responde a la ausencia de una ideología propia y una estrategia política coherente. “El Frente Amplio no ha logrado construir una teoría consistente del poder ni un proyecto claro de sociedad”, apunta el cientista político Marcelo Vera Álvarez en un análisis publicado en julio. Según esta mirada, el FA oscila entre el pragmatismo tecnocrático y una ética testimonial, sin consolidar un mapa estratégico que guíe su acción futura.

Por otro lado, voces desde la militancia y la base social denuncian una cultura interna elitista y autorreferente que limita la participación genuina. Los espacios de deliberación se han vuelto decorativos, mientras las decisiones importantes se concentran en redes cerradas de confianza y afinidad personal. Esta paradoja de una organización formalmente democrática pero en la práctica cerrada ha erosionado la cohesión institucional y frenado la renovación necesaria para enfrentar los desafíos políticos.

En el plano social, la pérdida de contacto con las bases populares y la juventud ha dejado al FA sin interlocución real con los sectores que lo vieron nacer. “Se confundió el mundo universitario y los movimientos sociales con el pueblo chileno, olvidando que la mayoría vive en otras esferas sociales”, señala un analista cercano a la coalición. Esta desconexión ha impedido que el FA consolide un proyecto político con arraigo territorial y capacidad de movilización masiva.

Finalmente, el FA enfrenta un dilema crucial: si quiere proyectarse como una alternativa genuina de izquierda, debe repensar su sujeto político, su organización, y su cultura interna. La crisis que atraviesa no es solo coyuntural, sino estructural, y su superación exigirá una reflexión crítica profunda que vaya más allá de la gestión gubernamental y los ciclos electorales.

Como conclusión, los hechos confirman que el Frente Amplio está en una encrucijada que define su futuro. Sin una base social sólida, un proyecto ideológico claro y una organización interna democrática y abierta, difícilmente podrá cumplir con las expectativas que despertó hace poco más de un año. La oportunidad está en la capacidad de autocrítica y renovación, para pasar de una política basada en testimonios morales a una estrategia de transformación social y política sostenible en el tiempo.

Fuentes: Análisis de Marcelo Vera Álvarez en CIPER Chile (julio 2025), entrevistas con militantes y expertos políticos.