La encrucijada de la educación sexual en Chile: entre avances legislativos y la ola de desinformación

La encrucijada de la educación sexual en Chile: entre avances legislativos y la ola de desinformación
Actualidad
Educación
2025-11-21
Fuentes
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- Ley 20.418 establece educación sexual en enseñanza media.

- Debate social intenso por desinformación y posturas encontradas.

- Impacto real en diálogo familiar y desarrollo integral de jóvenes.

En las últimas semanas, el debate sobre la educación sexual en Chile ha vuelto a ocupar un espacio central en la agenda pública, no solo por la proximidad de las elecciones sino también por la creciente circulación de información errónea que ha tensionado a distintos sectores de la sociedad. La Ley 20.418, vigente desde hace años, obliga a los establecimientos educacionales reconocidos por el Estado a impartir educación sexual en enseñanza media, con contenidos que se extienden desde la educación parvularia. Este marco normativo busca, en esencia, una educación integral de la sexualidad (EIS) que promueva el conocimiento del cuerpo, el autocuidado, el consentimiento y las emociones, sin imponer valores, sino generando espacios de diálogo respetuoso y plural.

Sin embargo, la realidad que emerge tras este contexto legal es mucho más compleja. Por un lado, sectores conservadores alertan sobre una supuesta imposición ideológica y cuestionan la pertinencia de ciertos contenidos, mientras que organizaciones progresistas y expertos en educación defienden la necesidad de fortalecer estos programas para proteger a las nuevas generaciones y acompañar su desarrollo.

Mauricio Ávila Cárdenas, investigador en educación, señala que "la educación sexual con información clara y responsable no debiera generar temor, sino confianza en que estamos cuidando mejor a las nuevas generaciones". Esta visión es compartida por numerosos docentes y psicólogos que destacan que la EIS fortalece el diálogo familiar, incrementando la comunicación entre padres e hijos sobre temas que antes eran tabú.

Por otro lado, la desinformación ha crecido en paralelo a la polarización política y social. Distintas plataformas digitales y grupos organizados han difundido mensajes contradictorios, que a menudo mezclan datos falsos con medias verdades, exacerbando la desconfianza y generando ansiedad en la ciudadanía. Este fenómeno ha sido documentado en varios estudios recientes que señalan un aumento en la circulación de noticias falsas relacionadas con la educación sexual desde comienzos de 2025.

Desde una perspectiva política, la discusión se ha visto atravesada por el ciclo electoral, donde algunos actores han instrumentalizado el tema para movilizar a sus bases, mientras que otros han abogado por un diálogo más sereno y basado en evidencia.

Regionalmente, la recepción de la EIS varía: en zonas urbanas y con mayor acceso a recursos educativos, la implementación tiende a ser más fluida, mientras que en áreas rurales o con fuerte arraigo cultural tradicional, los desafíos son mayores y la resistencia más palpable.

Una madre de la región de La Araucanía comenta: "Al principio sentí miedo, pero al participar en las actividades escolares entendí que esto ayuda a que mis hijos se cuiden y respeten a los demás".

En conclusión, la educación sexual en Chile se encuentra en una encrucijada donde convergen avances normativos y pedagógicos con resistencias sociales y desinformación creciente. La evidencia disponible confirma que una educación sexual integral bien implementada contribuye a mejores resultados en salud, relaciones interpersonales y ejercicio de derechos. Sin embargo, el camino no está exento de obstáculos, y la superación de estos requerirá diálogo abierto, fortalecimiento institucional y un compromiso transversal para desmentir mitos y promover información veraz.

La verdadera tragedia sería que, en medio de la polarización, se pierda de vista el objetivo fundamental: acompañar a niñas, niños y jóvenes en su desarrollo pleno, respetando la diversidad y promoviendo relaciones basadas en el respeto y el consentimiento.