
Un juez federal de Estados Unidos dictaminó que Google podrá conservar su navegador Chrome, uno de los productos más emblemáticos de la empresa, pero le prohibió mantener contratos de exclusividad que limitan la competencia, y le ordenó compartir datos clave con rivales.
El fallo, emitido el 2 de septiembre de 2025 por el juez Amit Mehta del Tribunal de Distrito de Washington D.C., responde a una demanda histórica del Departamento de Justicia (DOJ) que acusaba a Google de mantener un monopolio ilegal en el mercado de búsquedas online. El juez concluyó que, aunque Google domina el sector, la desinversión forzada en Chrome o Android no era necesaria, pero sí se deben eliminar prácticas contractuales que bloquean a competidores.
Google controla aproximadamente nueve veces más consultas que sus competidores combinados, gracias a acuerdos exclusivos con fabricantes y distribuidores, lo que ha congelado el ecosistema de búsquedas en internet. Esta posición le ha permitido acumular una base de datos única y valiosa para optimizar sus servicios, generando ingresos extraordinarios.
Sin embargo, el auge de la inteligencia artificial generativa (GenAI) ha comenzado a modificar el panorama. Herramientas como ChatGPT, Gemini y Perplexity están cambiando la forma en que los usuarios buscan y acceden a la información, reduciendo en parte la dependencia de los motores de búsqueda tradicionales.
“La competencia es intensa y los usuarios pueden elegir fácilmente los servicios que prefieren”, dijo Lee-Anne Mulholland, vicepresidenta de Asuntos Regulatorios de Google, en un comunicado tras el fallo. No obstante, la empresa expresó preocupación por las obligaciones de compartir datos, que podrían afectar la privacidad y experiencia de sus usuarios.
El juez prohibió a Google firmar contratos de exclusividad relacionados con Search, Chrome, Google Assistant y Gemini, su chatbot de IA. Esto abre la puerta para que otros actores puedan competir en igualdad de condiciones, aunque Google podrá seguir ofreciendo incentivos económicos para la preinstalación de sus productos.
Además, Google deberá compartir con sus competidores datos del índice de búsqueda y de interacción de usuarios, incluyendo URLs, contenido, metadatos, clics, tiempo de permanencia y términos de consulta. Esta medida busca nivelar el campo de juego y fomentar la innovación.
En paralelo a este proceso, la startup de inteligencia artificial Perplexity sorprendió en agosto con una oferta formal de US$ 34.500 millones para adquirir el navegador Chrome de Google. Perplexity, valorada en US$ 18.000 millones, propone financiar la compra con el respaldo de grandes fondos de inversión.
“Queremos colocar Chrome en manos de un operador capaz e independiente, que garantice estabilidad y continuidad para usuarios y anunciantes”, afirmó Dmitry Shevelenko, director comercial de Perplexity. La empresa anunció planes para invertir US$ 3.000 millones en los próximos dos años para mejorar Chrome y su plataforma Chromium, sin realizar modificaciones abruptas que afecten a los usuarios.
Este movimiento refleja el interés creciente de las firmas de IA por controlar canales de acceso a la web, en un contexto donde los navegadores web se transforman en plataformas para agentes inteligentes que realizan tareas como compras o búsquedas avanzadas.
Mientras tanto, Apple anunció una colaboración con Google para desarrollar un nuevo buscador potenciado por inteligencia artificial, que se integrará con Siri, Safari y Spotlight. Este buscador, conocido como World Knowledge Answers, busca competir con productos como Perplexity y ChatGPT, ofreciendo respuestas generadas con IA a consultas complejas.
Esta alianza pone en evidencia cómo las grandes tecnológicas están adaptando sus estrategias para no quedarse atrás en la revolución de la IA, a la vez que se enfrentan a presiones regulatorias que buscan frenar prácticas monopolísticas.
En otra jugada estratégica, Google confirmó que unificará Android y Chrome OS en una sola plataforma para competir directamente con Apple, replicando la sinergia que existe entre iOS y macOS. Esta fusión busca ofrecer una experiencia más fluida entre dispositivos móviles y de escritorio, facilitando la interoperabilidad y el desarrollo multiplataforma.
Este movimiento podría fortalecer la posición de Google en mercados clave como el educativo y profesional, donde la demanda por dispositivos híbridos y servicios en la nube está en aumento.
Expertos y actores del sector han reaccionado con opiniones diversas. Jessica Melugin, del Instituto de Empresas Competitivas, valoró el fallo judicial por limitar las prácticas exclusivas, aunque cuestionó si la obligación de compartir datos beneficiará realmente a los consumidores o solo a competidores.
En cambio, Sacha Haworth, del Proyecto de Supervisión Tecnológica, criticó que el juez se apoyara en expectativas sobre la IA para evitar medidas más drásticas contra Google, advirtiendo que el gigante tecnológico ya domina el mercado de IA y búsqueda.
Este conjunto de eventos marca un punto de inflexión en la industria tecnológica y en la regulación de los monopolios digitales. Google mantiene el control sobre Chrome, pero con limitaciones que podrían abrir espacio a la competencia y la innovación. La oferta de Perplexity, aunque ambiciosa, subraya la creciente importancia estratégica de los navegadores en la era de la inteligencia artificial.
La colaboración entre Apple y Google en IA y la unificación de sistemas operativos reflejan cómo las grandes empresas buscan adaptarse y liderar un mercado en rápida transformación.
Sin embargo, las tensiones entre regulación, privacidad, competencia y avance tecnológico plantean preguntas abiertas sobre el futuro del acceso a la información y el equilibrio de poder en la economía digital.
En definitiva, el coliseo tecnológico sigue en pleno combate, y los espectadores somos testigos de una batalla que definirá las reglas del juego para la próxima década.
2025-09-09