La controversia del cierre de campaña de Kaiser: una imagen que dividió y reveló más que un error

La controversia del cierre de campaña de Kaiser: una imagen que dividió y reveló más que un error
Actualidad
Política
2025-11-22
Fuentes
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- Desinformación viral: una fotografía falsa usada para inflar la convocatoria de un candidato.

- Choque de narrativas: oficialismo y oposición se enfrentan por la veracidad y el simbolismo del acto.

- Impacto en la confianza ciudadana: el episodio profundiza la desconfianza en el discurso político y en las redes sociales.

La imagen que no fue

El 12 de noviembre de 2025, a pocos días de la elección presidencial, una fotografía comenzó a circular masivamente en redes sociales. Se presentaba como el cierre de campaña del candidato Johannes Kaiser, del Partido Nacional Libertario, mostrando una multitud que superaba las 20.000 personas en la comuna de Providencia. Sin embargo, una verificación rigurosa reveló que la imagen correspondía en realidad al acto oficialista de Jeannette Jara, realizado en la plaza de Maipú, a varios kilómetros de distancia y con una base social distinta.

La difusión de esta fotografía falsa no fue un error menor: fue compartida más de 2.500 veces en Facebook, TikTok y YouTube, acompañada de mensajes que exaltaban la supuesta fuerza de Kaiser y su candidatura. El comando de Jara, por su parte, fue el primero en identificar la manipulación, aportando pruebas visuales y testimonios que confirmaban la autenticidad del acto oficialista y desmintiendo la supuesta convocatoria opositora.

Perspectivas encontradas

Desde la óptica del oficialismo, la viralización de la imagen falsa fue una maniobra deliberada para inflar la percepción del apoyo a Kaiser, un candidato que ha polarizado con sus propuestas y discursos controvertidos. La campaña de Jeannette Jara calificó el episodio como un ejemplo de desinformación que socava la calidad del debate democrático.

"Esto no es solo un error, es un intento de manipular la opinión pública y generar falsas expectativas", señaló un vocero del comando oficialista.

En cambio, el entorno de Kaiser minimizó el impacto del error, argumentando que en el contexto de una campaña electoral intensa, la circulación de imágenes y mensajes puede tener interpretaciones diversas y que la movilización real de su cierre fue significativa, con cifras oficiales que hablan de más de 10.000 asistentes en la plaza de La Aviación.

Un dirigente libertario afirmó: "Nuestro acto fue concurrido y genuino, y estas polémicas no deben distraer de las propuestas que presentamos a la ciudadanía".

Ciudadanos y redes sociales: el espectador desconfiado

Más allá de las disputas partidarias, el episodio ha dejado una marca en el ánimo ciudadano. La circulación de información falsa, aunque rápidamente desmentida, profundiza la sensación de desconfianza hacia los actores políticos y los medios digitales.

Expertos en comunicación política advierten que este tipo de episodios contribuye a la fragmentación del discurso público y a la polarización social, alimentando un ciclo donde la verdad queda subordinada a la batalla por la percepción.

La socióloga Paula Rojas comenta: "Cuando la imagen se convierte en arma política, el ciudadano queda atrapado entre versiones irreconciliables, lo que erosiona la confianza y dificulta un diálogo democrático saludable".

Conclusiones y consecuencias visibles

Este caso pone en evidencia la importancia de la verificación rigurosa y el contexto en la interpretación de los hechos políticos. Más allá del error puntual, la disputa alrededor de la imagen refleja tensiones profundas en el sistema político chileno: la competencia por la legitimidad, la influencia de las redes sociales y la crisis de confianza en las instituciones.

La lección que queda para la ciudadanía es clara: la información política requiere un consumo crítico, atento a las fuentes y a la evolución de las historias más allá del primer impacto visual.

En un escenario electoral donde la polarización se profundiza, la responsabilidad de los actores y medios para evitar la desinformación es más urgente que nunca, para no convertir la democracia en un espectáculo de espejismos y falsas imágenes.