
Un golpe en el corazón de la minería chilena. El pasado 13 de julio de 2025, el gobierno de Estados Unidos anunció un arancel del 50% sobre las importaciones de cobre, apuntando directamente a Chile, principal exportador mundial del metal rojo. Lo que a primera vista parecía una medida proteccionista más en la prolongada guerra comercial global ha ido revelando capas de complejidad que aún hoy, cuatro meses después, mantienen en vilo a distintos sectores del país.
La administración estadounidense, encabezada por Donald Trump, justificó la imposición de aranceles como una defensa de la industria nacional y una respuesta a prácticas comerciales que consideran desleales. “No podemos permitir que otros países se aprovechen de nuestra economía”, declararon en Washington. Sin embargo, para Chile, este movimiento no solo amenaza los ingresos por exportaciones, sino que pone en jaque la estabilidad de un sector que representa cerca del 10% del PIB y el 50% de las exportaciones totales.
Desde el gobierno chileno, la respuesta inicial fue de rechazo y búsqueda de diálogo. “Estamos ante una medida que afecta directamente a nuestra soberanía económica y a miles de empleos”, afirmó la ministra de Minería en agosto. En contraste, sectores empresariales y algunos economistas han adoptado una postura más pragmática. Pablo Cruz, economista jefe de BTG Pactual Chile, señala que “si bien los aranceles son un problema, no significan una crisis para la economía chilena; el mayor afectado será el propio Estados Unidos, que verá encarecer sus costos productivos”.
Por su parte, partidos políticos de oposición han aprovechado la situación para cuestionar la estrategia del Ejecutivo, argumentando que la dependencia del cobre debe replantearse con urgencia hacia una diversificación económica que Chile ha postergado durante décadas.
Las regiones mineras, particularmente Antofagasta y Atacama, han sentido el golpe con fuerza. La caída en el precio del cobre y la incertidumbre en contratos han generado protestas y demandas por mayor protección estatal. Trabajadores y sindicatos han denunciado la precarización laboral y el riesgo de pérdida masiva de empleos.
En paralelo, comunidades indígenas y ambientalistas han visto en esta crisis una ventana para reactivar debates sobre la minería sustentable y la necesidad de transitar hacia energías renovables, aunque con visiones encontradas respecto al modelo extractivo.
Cuatro meses después, la historia no se ha resuelto en un sentido único. Chile enfrenta una encrucijada donde la dependencia de un solo producto y mercado ha quedado expuesta con crudeza. La renegociación de tratados internacionales, la diversificación económica y la innovación tecnológica en minería se perfilan como respuestas necesarias.
La experiencia también muestra cómo la geopolítica global puede afectar de manera directa la vida cotidiana y la economía local, recordándonos que ningún país es una isla en el tablero mundial.
En definitiva, este episodio es una invitación a la reflexión profunda: ¿cómo construir un Chile menos vulnerable y más resiliente ante las tormentas del comercio internacional? La respuesta está en manos de sus actores políticos, económicos y sociales, pero también en la capacidad de su ciudadanía para entender la complejidad detrás de un simple número en la balanza comercial.
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Fuentes: La Tercera (2025-07-13), declaraciones del Ministerio de Minería, análisis económico de BTG Pactual Chile, reportes sindicales regionales.