Controversias y desafíos en seguridad y política exterior: El pulso de Luis Cordero en 2025

Controversias y desafíos en seguridad y política exterior: El pulso de Luis Cordero en 2025
Actualidad
Política
2025-11-22
Fuentes
www.elinformadorchile.cl www.latercera.com www.latercera.com www.latercera.com www.latercera.com cooperativa.cl cooperativa.cl cambio21.cl www.latercera.com www.latercera.com cooperativa.cl www.latercera.com www.latercera.com www.latercera.com

- Polémica internacional por declaraciones xenófobas de la diputada Luisa Cordero que tensionaron las relaciones con Bolivia.

- Debate y críticas sobre la gestión en seguridad pública, con énfasis en la coordinación policial y despliegue militar en fronteras.

- Disputas presupuestarias y cuestionamientos políticos en medio de un contexto electoral que amplifica las tensiones.

Un año marcado por controversias y confrontaciones políticas ha sido 2025 para Luis Cordero, ministro de Seguridad Pública y figura clave en la agenda de seguridad nacional. A más de un mes del cierre de campaña presidencial y con la elección presidencial a la vuelta de la esquina, su gestión y declaraciones han sido foco de debates que trascienden lo doméstico y alcanzan la esfera internacional.

Desde septiembre, la diputada Luisa Cordero, conocida por sus intervenciones mediáticas, desató un incendio diplomático al afirmar que los bolivianos son "tontorrones" debido a una supuesta "disminución del oxígeno cerebral" por haber nacido en el altiplano, calificativo que provocó la enérgica condena del presidente boliviano Luis Arce y la amenaza de acciones diplomáticas. Este episodio no solo tensionó la ya compleja relación bilateral entre Chile y Bolivia, sino que también puso en el centro del debate la responsabilidad política y ética de las figuras públicas al abordar temas sensibles de identidad y etnicidad.

En paralelo, la gestión de Cordero al frente del Ministerio de Seguridad Pública ha sido objeto de defensa y cuestionamientos. Ante críticas surgidas en el último debate presidencial y de la oposición, el ministro ha insistido en que "no hay soluciones mágicas ni instantáneas" en materia de seguridad, defendiendo la estrategia gubernamental que incluye más de 70 leyes dictadas, aumento presupuestario y fortalecimiento institucional. Sin embargo, voces críticas desde distintos sectores políticos han señalado que los resultados en materia de criminalidad y percepción ciudadana aún son insuficientes.

Una de las apuestas clave de la administración ha sido la creación del Centro Integrado de Coordinación Policial (Cicpol), que busca mejorar la coordinación entre Carabineros, Policía de Investigaciones y autoridades ministeriales, intentando superar la fragmentación histórica del accionar policial. El despliegue militar en la frontera norte, que lleva tres años en ejecución, ha sido defendido por Cordero como un éxito en la reducción de la inmigración irregular y control del contrabando, aunque no exento de críticas políticas y cuestionamientos sobre su pertinencia constitucional.

En el plano presupuestario, el ministro ha expresado sorpresa ante la anticipación de polémicas sobre recortes y ajustes, asegurando que el aumento del presupuesto en seguridad ha sido significativo en comparación con administraciones anteriores, y advirtiendo que los discursos electorales muchas veces generan expectativas irreales sobre la capacidad de respuesta inmediata del Estado.

No obstante, la gestión no ha estado libre de escándalos: en julio, Cordero reconoció "excesos formales" en la investigación del caso de tráfico de drogas que involucró a funcionarios de la Fuerza Aérea de Chile (FACH), un episodio que evidenció las complejidades de enfrentar el crimen organizado dentro de instituciones castrenses.

"Cuando hay tráfico de drogas por definición, el tráfico supone una estructura que está siempre fuera de los recintos militares", afirmó Cordero, subrayando la disposición de las Fuerzas Armadas para colaborar en las investigaciones.

Este conjunto de episodios revela un escenario donde la seguridad pública y la política exterior se entrelazan con la aguda polarización política y el escrutinio público en un año electoral. Las posiciones de Cordero, que oscilan entre la defensa de una gestión basada en acuerdos y gradualidad, y la confrontación con críticas tanto internas como externas, reflejan las tensiones inherentes a un Chile que busca respuestas urgentes ante desafíos complejos.

Perspectivas divergentes emergen claramente: mientras sectores oficialistas y parte de la opinión pública valoran los avances institucionales y la estrategia de coordinación policial, la oposición y voces ciudadanas expresan desconfianza en la efectividad y cuestionan la falta de resultados concretos en la reducción de la delincuencia. En materia diplomática, la polémica con Bolivia pone en evidencia la fragilidad del diálogo regional cuando se cruzan discursos que afectan la convivencia y el respeto mutuo.

En conclusión, la figura de Luis Cordero se mantiene en el centro de un pulso político y social que trasciende la gestión ministerial para convertirse en un espejo de las dificultades que enfrenta Chile en temas de seguridad, cohesión social y relaciones internacionales. La lección que queda es que las soluciones en seguridad y política exterior requieren no solo de recursos y leyes, sino también de prudencia, respeto y construcción de consensos en un país que demanda certezas y diálogo.

Fuentes consultadas incluyen reportajes y declaraciones de La Tercera, Cooperativa, Cambio21, InformadorChile y análisis de contexto político y social del país durante 2025.