
En julio de 2025, la administración estadounidense sorprendió al mundo con la imposición de un arancel del 50% sobre las importaciones de cobre refinado, principal producto de exportación de Chile hacia ese país. El anuncio, hecho público el 12 de julio, marcó un punto de inflexión en la relación comercial entre ambos países y abrió un escenario complejo para la economía chilena.
Desde entonces, el cobre, que ha sido el motor económico y símbolo de soberanía nacional desde la nacionalización en 1971, se ha convertido en el epicentro de un choque que va más allá del comercio: es una confrontación que pone en tensión la unidad interna y las estrategias diplomáticas de Chile.
El cobre refinado representa la principal exportación chilena a Estados Unidos desde 2004, y es el segundo producto más exportado a nivel mundial desde 2017. La medida arancelaria estadounidense, por tanto, no solo afecta cifras macroeconómicas, sino que también impacta directamente en empleos, inversiones y la estabilidad del sector minero.
En respuesta, el Presidente Gabriel Boric, en un discurso emblemático durante la conmemoración de los 54 años de la nacionalización del cobre en Machalí, hizo un llamado a la unidad nacional. “Cuando nos tocan el cobre, no hay diferencias hacia afuera. Salimos todos a defenderlo con unidad nacional”, afirmó, subrayando la importancia de mantener una postura común ante la amenaza externa.
No obstante, esta unidad esconde tensiones internas. Mientras sectores progresistas abogan por una defensa férrea y la diversificación de mercados, voces conservadoras y empresariales presionan por una respuesta pragmática que evite la escalada comercial y preserve relaciones bilaterales.
Desde el espectro político, la medida estadounidense ha sido interpretada como un acto proteccionista que desafía la soberanía económica chilena. La izquierda enfatiza la necesidad de fortalecer el control estatal sobre los recursos y acelerar la transición hacia una minería más sostenible y menos dependiente del mercado estadounidense.
En contraste, sectores de derecha y centro sostienen que la respuesta debe ser diplomática y orientada a negociar excepciones o compensaciones, evitando un conflicto prolongado que podría dañar la economía nacional.
Regionalmente, las zonas mineras como Antofagasta y O’Higgins enfrentan la incertidumbre de una posible reducción en la demanda, lo que podría traducirse en desempleo y menor inversión. Las comunidades locales, que han vivido históricamente el auge y la caída de la minería, expresan preocupación y reclaman mayor apoyo estatal para enfrentar la crisis.
Chile ha buscado diversificar sus mercados en las últimas décadas, pero Estados Unidos sigue siendo un socio clave. La imposición del arancel del 50% ha tensionado la relación bilateral y ha obligado al gobierno a replantear su estrategia comercial.
En la arena internacional, el gobierno ha impulsado negociaciones multilaterales para denunciar la medida ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y explorar alianzas que mitiguen el impacto. Sin embargo, la respuesta estadounidense ha sido firme, enmarcando el arancel dentro de una política más amplia de protección a su industria nacional.
Este episodio confirma que la economía chilena sigue siendo vulnerable a decisiones externas, especialmente en sectores estratégicos como la minería. La unidad nacional invocada por el Presidente Boric es un llamado a la resiliencia, pero también evidencia las tensiones internas que una crisis así puede exacerbar.
Es evidente que la defensa del cobre no puede limitarse a discursos, sino que requiere una estrategia integral que combine diplomacia, diversificación económica y modernización del sector minero. La crisis también pone en relieve la necesidad de avanzar hacia una minería más sostenible, menos dependiente de mercados volátiles y con mayor valor agregado nacional.
En definitiva, el arancel estadounidense no solo afecta un producto, sino que desafía la forma en que Chile se posiciona en el mundo, cómo articula su política interna y cómo proyecta su desarrollo económico en las próximas décadas.
---
Fuentes consultadas: Bloomberg, Banco Central de Chile, discursos oficiales del Presidente Gabriel Boric, análisis económicos de CEPAL y reportes de la OMC.
2025-11-12
2025-11-12