Chile devuelve a Perú piezas arqueológicas robadas: un gesto que redefine la cooperación cultural

Chile devuelve a Perú piezas arqueológicas robadas: un gesto que redefine la cooperación cultural
Actualidad
Política
2025-11-22
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- Devolución simbólica y política de 19 piezas arqueológicas entre 600 y 1476 d.C.

- Tensiones diplomáticas suavizadas, pero con voces críticas sobre el tráfico ilícito

- Desafío compartido entre ambos países para proteger el patrimonio cultural regional

En julio de 2025, Chile devolvió a Perú 19 piezas arqueológicas robadas, pertenecientes a las culturas Chancay, Wari y Pativilca, que datan de entre los años 600 y 1476. Estas piezas, de profundo valor histórico y simbólico, provenían de contextos mortuorios y ceremoniales, y habían sido detectadas en colecciones ilícitas tanto en Chile como en plataformas digitales como eBay e Instagram.

Este acto, realizado en una ceremonia oficial en el Museo Histórico Nacional de Santiago, fue presentado por la ministra de las Culturas, Carolina Arredondo, como una reparación que va más allá de la mera devolución material: 'Con esta entrega no solo estamos devolviendo objetos, también estamos reconociendo el valor cultural de las piezas y reparando el daño ocasionado al patrimonio de una nación y de las comunidades afectadas'. Por su parte, el viceministro de Relaciones Exteriores de Perú, Félix Denegri, valoró el gesto pero aprovechó para 'llamar a intensificar las acciones en el combate al tráfico ilícito de bienes culturales', señalando que el problema trasciende la devolución puntual.

Desde la mirada política, esta devolución ha sido interpretada como un paso significativo en la mejora de las relaciones bilaterales, marcadas históricamente por tensiones fronterizas y desacuerdos diplomáticos. Sin embargo, voces críticas dentro de sectores académicos y sociales en ambos países plantean que el gesto, aunque importante, no debe ocultar la persistencia de redes de tráfico ilícito que operan con sofisticación y que requieren una cooperación transnacional más profunda y efectiva.

En regiones fronterizas como Arica y Tacna, la devolución ha generado reacciones encontradas. Por un lado, comunidades indígenas y organizaciones culturales celebran el reconocimiento de su patrimonio y la posibilidad de fortalecer la identidad cultural. Por otro, algunos actores locales advierten que el proceso debe acompañarse de políticas públicas que prevengan futuros saqueos y promuevan la educación patrimonial.

La historia de estas piezas no es solo un relato de robo y recuperación, sino un espejo de las complejas dinámicas que atraviesan la protección del patrimonio cultural en América Latina. El tráfico ilícito de bienes arqueológicos se alimenta de la demanda internacional y de la falta de recursos para la vigilancia y conservación en los países de origen.

En definitiva, el gesto de Chile no solo devuelve objetos, sino que abre un debate sobre la responsabilidad compartida para preservar la memoria colectiva. Como concluye la ministra Arredondo, 'Este es un camino que debe continuar con mayor compromiso y cooperación, porque el patrimonio cultural es un bien común que trasciende fronteras y generaciones'. La devolución marca un avance, pero también un desafío: evitar que estas tragedias patrimoniales se repitan y que la historia siga siendo víctima de quienes la despojan.