
Chile ha afianzado su posición como el segundo mercado de seguros más desarrollado en Latinoamérica, según el informe "El mercado asegurador latinoamericano en 2024" de Mapfre Economics. En 2024, las primas de seguros en Chile representaron el 4,6% del PIB, cifra superada solo por Puerto Rico con un 18,2%. Este dato, sin embargo, no solo refleja la fortaleza del sector privado, sino que también pone en evidencia el peso de las políticas públicas y la estructura particular del sistema chileno de seguridad social.
Manuel Aguilera, director general de Mapfre Economics, destaca que la administración de rentas vitalicias aporta 1,8 puntos porcentuales al índice de penetración de seguros en Chile. Esto implica que, sin este mecanismo, la penetración del mercado asegurador chileno caería al 2,8%, por debajo del promedio latinoamericano del 3,2%. Esta singularidad distingue a Chile del resto de países de la región, donde la integración entre seguros y sistemas públicos es menos marcada.
El análisis de la evolución del mercado de seguros de vida revela una historia más compleja. Entre 2017 y 2021, las primas de seguros de vida en Chile se estancaron e incluso cayeron abruptamente en 2020, con una baja del 60,8% en la venta de rentas vitalicias. Esta caída estuvo influida por la diferencia entre las tasas de retiro programado y renta vitalicia, además del impacto de los retiros del 10% desde las AFP, que modificaron las preferencias de los pensionados.
Desde 2021, sin embargo, el mercado comenzó a recuperarse, superando en 2022 los niveles pre-pandemia y mostrando un crecimiento consistente que ha impulsado nuevamente el índice de profundización en seguros de vida. Esta dinámica refleja no solo factores económicos, sino también decisiones políticas y sociales que afectan la confianza en los instrumentos de previsión.
Desde la visión empresarial, el desarrollo del mercado asegurador chileno es un signo de madurez y sofisticación. “Chile es uno de los mercados donde las políticas públicas elevan la importancia del sector asegurador”, señala Aguilera. Sin embargo, voces críticas advierten que esta dependencia de las rentas vitalicias y la interacción con el sistema previsional puede limitar la diversificación y la verdadera penetración del seguro privado en otros segmentos.
En términos sociales, algunos sectores cuestionan si el modelo actual responde adecuadamente a las necesidades de protección y cobertura de la población, especialmente frente a riesgos emergentes y desigualdades históricas.
La evidencia muestra que el mercado de seguros en Chile ha logrado posicionarse con fuerza en la región, pero esta posición está íntimamente ligada a estructuras institucionales específicas y a políticas públicas que moldean su desarrollo. La caída y recuperación del segmento de vida evidencian la sensibilidad del mercado a cambios regulatorios y sociales.
Este escenario invita a reflexionar sobre la sostenibilidad y profundidad real del mercado asegurador chileno: ¿Es un reflejo de un sector privado robusto o un fenómeno condicionado por la interacción con el sistema público? La respuesta no es unánime, pero el debate es fundamental para entender hacia dónde se dirige la protección social y financiera en Chile.
Fuentes consultadas incluyen el informe de Mapfre Economics, declaraciones de Manuel Aguilera, y datos oficiales de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).