
Un terremoto monetario en la economía chilena se ha venido gestando desde mediados de julio, cuando el presidente estadounidense Donald Trump anunció una ofensiva arancelaria que ha tensionado los mercados globales y, en particular, ha disparado el valor del dólar frente al peso chileno. El 11 de julio de 2025, el dólar subió $3,74, alcanzando los $953,49, un salto significativo que refleja la incertidumbre que se ha instalado en los agentes económicos.
La ofensiva de Trump, que incluyó un gravamen del 35% para Canadá y la propuesta de un arancel general del 15% a 20% para otros países, marcó un punto de inflexión. Esta escalada arancelaria provocó una caída en las acciones mundiales y un aumento en la demanda global de dólares, generando un efecto dominó que impactó directamente en la economía chilena, dependiente del comercio exterior y especialmente sensible al precio del cobre.
Desde el sector empresarial, Ricardo Bustamante, subgerente de estudios de Capitaria, explicó que 'los futuros del commodity han comenzado a corregir, alejándose de sus máximos históricos, lo que elimina parte del soporte que había fortalecido al peso chileno'. Esta visión es compartida por analistas que advierten que la caída en el precio del cobre, principal producto de exportación de Chile, profundiza la vulnerabilidad cambiaria.
Por otro lado, sectores políticos y sociales en Chile han reaccionado con preocupación y críticas hacia la dependencia económica del país respecto a Estados Unidos. Algunos actores de izquierda enfatizan la urgencia de diversificar mercados y fortalecer la industria nacional para reducir la exposición a shocks externos. En contraste, representantes del mundo empresarial y sectores liberales insisten en la necesidad de mantener abiertos los canales de comercio y adaptarse a la nueva realidad global con políticas de estímulo y flexibilidad cambiaria.
En regiones mineras, la incertidumbre se traduce en temores por la estabilidad del empleo y la inversión. Comunidades que dependen directamente del cobre observan con inquietud cómo la volatilidad monetaria afecta la planificación económica local y el poder adquisitivo.
Es innegable que la escalada del dólar y la caída del cobre son síntomas de un entramado global tensionado por las políticas proteccionistas de Estados Unidos. Chile, por su alta dependencia de las exportaciones de materias primas, se encuentra en una encrucijada que exige respuestas estratégicas.
La verdad que emerge de este escenario es que la economía chilena no puede aislarse de las dinámicas internacionales y que la volatilidad cambiaria será un desafío constante en el corto plazo. La apuesta por la diversificación económica, la resiliencia social y la capacidad de adaptación de las políticas públicas serán claves para mitigar los efectos adversos.
Este episodio, lejos de ser un evento aislado, reafirma la necesidad de un debate profundo y plural sobre el modelo económico chileno y su inserción en un mundo cada vez más incierto y fragmentado.
2025-11-12
2025-11-12